El actor colombiano, nacido en México, actúa desde los cinco años. Toda su basta trayectoria se siente en los personajes que ha hecho, que incluyen nombres de producciones como Escobar – el patrón de mal, Narcos, La reina del sur, El señor de los cielos y hasta Padres e hijos. Hoy, a sus 46 años, vuelve a sorprender con su actuación en Distrito Salvaje. La serie de Netflix, protagonizada por Juan Pablo Raba y Cristina Umaña, cuenta la historia de un reinsertado (Jhon Jeiver, interpretado por Raba) quien se reencuentra con su pasado en la capital mientras busca rehacer su vida lejos de la guerra.
Tappan, en esta ocasión, interpreta al ‘Apache’. Un empresario corrupto que, a pesar de su antagonismo, es clave para entender lo que vive un exguerrillero cuando regresa a la vida civil, donde muchas veces resulta más fácil caer en la delincuencia para quienes no han conocido una vida normal pero tampoco tienen muchas opciones de acceder a ella. «Lo que ha pasado en los últimos años es que me han visto mucha cara de malo», dice Tappan entre risas cuando se le pregunta por este nuevo «villano» al que interpreta. «Es un antagónico diferente de los que he hecho, porque tiene truco. Es reinsertado, pero no regenerado (risas). El gusto de volver a la vida citadina y ser ambicioso después de vivir en la selva creo que trae connotaciones muy grandes, que son las que narran al personaje con respecto a su antagonismo dentro de la serie», dice.
Al ‘Apache’ lo vemos en Distrito Salvaje como un personaje que causa temor. Da órdenes, y tiene a otros reinsertados con pasados violentos bajo su mando. Su dinero viene de cubrirle las espaldas a otros empresarios corruptos que, aunque lo necesitan, no lo ven como un aliado, sino como un enemigo útil. «En este [personaje], en particular, vemos que se topa con una soledad cuando vuelve a la ciudad. La ambición no lo dejó volver a la vida normal de una forma tranquila y apacible, pues él encontró en el delinquir y en manejar la corrupción a favor de él un nuevo modo de vida mejor que el que tenía en la selva, y eso tiene un costo», cuenta, en un tono más serio.
Además del dinero, la corrupción y el poder, hay una motivación personal para el personaje de Tappan. Un pasado que el ‘Apache’ lleva a cuestas, y que se revela en la serie a través de sus diálogos, donde siempre es una figura central, y donde los demás aparecen, la mayoría de veces, como simples observadores de un monólogo potente, irrefutable, sin lugar a reproches.
«Es un antagónico con muchos visos de muchas cosas», explica Tappan sobre su personaje, en el que él reconoce las debilidades que no son evidentes ante la cámara. «Hay muchos temperamentos y muchas formas de ser. [Es] un personaje con una duplicidad, unas reacciones múltiples precisamente por su falta de seguridad y su falta de conocimiento. Muchas veces se siente desnudo. Cuando se siente en evidencia no sabe qué hacer: su fortaleza, su caracter, lo abandonan. Es un antagónico muy chévere, porque es un hombre rudo y fuerte, pero le dicen ‘2+2’, y suda, todo para responder ‘3’. Tiene muchos matices. Eso me gusta del personaje. Me encanta también cómo se viste».
Cómo ser el malo de la historia una y otra vez
Cuando habla de los otros «villanos» que ha interpretado en el pasado, Tappan es enfático al decir que no está encasillado en un tipo de personaje. «Yo creo que uno puede ser diez personajes antagónicos, y no sentir que uno está encasillado. El que se encasilla es el actor, tal vez buscando repetirse en algunas cosas. Yo he intentado, y creo que se ha logrado, tener cosas diferentes en todos los personajes. Hay una cosa obvia y es que la herramienta es uno, y hay muchas cosas que son de la naturaleza, la forma y el físico de uno, que ya vienen con uno, pero yo trato de neutralizar todo eso. Yo trato que sea 98% una creación del personaje, por eso me gusta cambiar mucho, cuando podía adelgazar rápido, lo hacía (risas). En el 90% de los personajes se siente mi voz rasgada, pero yo me he topado con que las personas me reconocen por eso, y eso que uno intenta hacer cambios, pero precisamente por eso es que te llaman y te buscan, porque quieren tus rasgos para el personaje».
Para el actor, ha sido todo un privilegio poder interpretar a los antagonistas a quienes ha dado vida, y a todos, dice, les ha puesto su cuota de humor. «A veces quiero encontrarle visos de humor negro a los personajes, y creo que ahí hay cosas de otros personajes».
Crear personajes complejos, pero entendibles
Para Christian Tappan, el ‘Apache’ es un ejemplo de lo que espera lograr como actor; crear un personaje «sencillo en su interpretación, que no sea díficil para la gente». Según explica, hay personajes que en su complejidad hacen que al espectador le cuesta demasiado entender la historia. «Es compleja la creación, pero tiene que haber una sencillez sin que haya obviedad. Es en lo que yo me he tratado de volver experto, que tú como televidente lo veas, lo disfrutes, te guste, lo odies, lo quieras, a eso me refiero. Verosímil, orgánico, que tenga química». “Que a uno se lo encuentren en un supermercado y le digan, ‘¡usted cómo es de hijuemadre!’”.