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La crueldad del Sr. Ávila empieza a convertirse en locura

Después de matar al cura que le servía de guía y confidente, el personaje de Tony Dalton se convierte en el gran jefe del clan de asesinos del que forma parte. El nuevo puesto le da nuevas responsabilidades y también deja a los otros señores mordidos de envidia, algo que le hace desarrollar cierta paranoia,  sobretodo después que toda su familia y amigos ya han sido asesinados.

Para obtener información sobre el nuevo puesto, Ávila cuenta con la ayuda de un nuevo personaje, Linares (Miguel Pizarro), la mano derecha del antiguo jefe, que será rival de Iván (Carlos Aragón). Poco a poco, él también pasa a tratar con el abogado Dr. Duarte (Fernando Ciangherotti), el padre de la detective Erika (Ilse Salas), con quien el sicario tenía una relación y que terminó siendo muerta.

La presión que experimenta el protagonista ahora le llevará al borde de la psicosis, como revela Dalton en esta entrevista.

Manos sucias

«En esta tercera temporada está Ávila en un cargo que no sabía ni que existía. Entonces no sabe a dónde ir, no sabe cómo funciona. Una de las cosas quando estábamos empezando es que justamente pensábamos que, por si él está arriba, no vas hacer nada, porque eres el padrino, el «godfather», no? Pero justamente lo que sucede es que Ávila, a diferencia de Iván, es ese personaje que no sigue las reglas. Él se ensucia muchísimo las manos. Pues digo, no sería una serie de un asesino si no me pongo a matar la gente en todos los capítulos.» 

Sin clichés

«Lo que tratamos de hacer siempre en el set es alejarnos lo más que podemos de lo trillado, de lo cliché. Una de las cosas que más me gusta de los guiones es que pasa lo que menos piensa que vas pasar. Piensas que la série va por un lado, de una doble vida, por ejemplo, pero matan a su hijo y se vuelve señor. Ávila no es una persona que saca una pistola y amenaza. Si la coge, es porque va a matar a alguien. En esta tercera temporada, por primera vez vas a ver signos de una psicosis en Ávila, que está imaginándose a sus amigos, porque no tiene con quien hablar. Es un personaje que está al borde de la locura, y esto estamos haciendo con mucho cuidado, incluso con las tomas, para que te metas un poquito en la mente de Ávila y sientas lo que está sintiendo él.» 

Nuevos personajes

«La relación que tiene Ávila con Iván cambia drásticamente. No le puedo decir porque lo arruinaría, pero la entrada de este nuevo mano derecha es interesante, porque es alguien que sabe más que nadie, entonces, hasta cierto punto, está arriba de Ávila, porque tiene toda la información. Y luego hay un asesino nuevo, y Ávila empieza a buscar porque mató la policía Erika. El personaje del papá de Erika también es muy interesante. Ávila piensa que él es justamente un pobre señor a que le murió su hija y descubre que hay muchas más cosas de que no estaba enterado.»

Asesino con humanidad

«Lo que yo trato de hacer como actor es buscar la humanidad de este personaje. Es muy fácil sacar la pistola y matar a alguien, pero el personaje necesita tener un trasfondo para que te importes con él. Yo busco darle humanidad mismo que los autores continúen siempre quitándolo todo. Ya no me queda nada! (risas) Práticamente en cada capítulo está Ávila a hablar con muertos que le aparecen. Él tiene que hablar con ellos, tiene que llorar, tiene que sonreír. Su mundo cambió, ya no tiene nada de Roberto Ávila, ya es el Señor. Entonces en esos momentos de soledad, en su casa o en la iglesia, él va a buscar esa especie de humanidad, a pesar de ser un asesino que, en algún momento, va a matar.» 

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