Sin embargo, el actor reconoció ante el comediante que el sacrificio valió la pena, pues se sentía muy orgulloso de lucir su cuerpo al desnudo. No obstante, cuando terminó la grabación de la cinta dejó de lado la estricta dieta y volvió a comer como estaba acostumbrado.
Aunado a este estricto plan alimenticio, Skarsgard se sometió a extenuantes rutinas en el gimnasio. Para los primeros meses, Skarsgård hizo al menos cuatro sesiones de entrenamiento de peso dedicados por semana, con sesiones adicionales de trabajo abdominal. El cardio era inexistente durante los tres primeros meses, ya que la atención se centró en obtener masa muscular.
Después del sacrificio, cuando finalizó la grabación, Alexanderno dudó en visitar a su padre el también actor Stellan Skarsgård. “Pasé cuatro días en cama siendo alimentado por mi padre. Él cocina pasta y añade unas salsas increíbles. Comimos palitos de mozzarella, tuétano y bebimos toneladas de vino y cerveza. Fue el fin de semana más increíble de mi vida” recordó el sueco.
Y aquí les dejamos el radical cambio que sufrió el actor.