Viña del Mar (Chile), 27 feb (EFE).- El grupo estadounidense Jonas Brothers hizo enloquecer este martes a un entregado público adolescente en el Festival de Viña del Mar.
En la tercera jornada del certamen se juntaron dos pesos pesados, el español Miguel Bosé, con 35 años de vida encima de los escenarios y de vuelta a la Quinta Vergara como hijo pródigo del festival; y el trío de hermanos de Nueva Jersey, con un pasado y un presente abrumadores y debutantes en la ciudad costera.
El suceso juvenil más importante de los últimos años, nacido de manos de la factoría Disney, era esperado desde hacía días por sus quinceañeros seguidores.
Con espinillas en la cara, aparatos en los dientes y hormonas revolucionadas, los fieles seguidores no podían dejar escapar la ocasión de escucharles, aunque fuera a horas intempestivas.
Joe, Nick y Kevin se presentaron ante los «jonáticos», como se les ha bautizado por estas tierras, con el tema «Paranoid», aderezado con una puesta en escena de luces y sonido.
Con el conocimiento de quien sabe que tiene el mundo a sus pies, los Jonas Brothers se divirtieron tocando «Last Time Around» y avisando que, con este recibimiento, «podrían volver cada año».
El joven público, mayoritariamente femenino, enarboló corazones rojos de papel, cintas con el nombre de la banda y cientos de pancartas, mientras mostraba su incredulidad al escuchar en vivo canciones como «That’s Just The Way We Roll».
Daba igual si los temas eran un poco más ‘cañeros’, interpretados por Joe, o eran baladas como «Give Love A Try», de Nick, el más joven de los tres, el resultado era siempre el mismo, quince mil gargantas dejándose la voz.
Tras cantar «Just for love», «Who I Am» o «Hello Beautiful», también hubo tiempo para que los estadounidenses se tomaran algunas licencias, como versionar unos segundos «We Are Young» de Fun, elegida como canción del año.
Como cabía esperar, la banda norteamericana se llevó en apenas cinco minutos todos los premios habidos y por haber en el festival de los festivales, antorcha de plata y de oro, y gaviota de plata y de oro.
Poseído por el momento, el «Monstruo», como se conoce al público del festival, bailó al ritmo de la música, derramó lágrimas y se desgañitó hasta quedarse sin fuerzas.
El exitoso sencillo «S.O.S.», del disco Jonas Brothers (2006), fue el amago de los estadounidenses para poner el broche final a la función de música feliz y juvenil.
Los «jonáticos», que durante horas habían aguardado con globos blancos para el momento de «When You Look Me In The Eyes», vieron recompensada su espera casi al final de la actuación.
Por suerte para muchos y, sobre todo, para muchas, los Jonas Brothers volverán a tocar este jueves en Santiago y, tal y como sucedió esta noche, volverán a desatar la locura.
Borja García de Sola Fernández