La situación económica del país parece no dar tregua a los colombianos. A pesar de que la tasa de cambio con el dólar ha mantenido una situación con tendencia a la baja luego de un pico de casi 3500 pesos a principios del año, ahora una nueva presión se viene con el aumento de las tasas de interés.
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La tasa de interés de usura, que había ya sufrido un aumento drástico en abril al quedar en 30,81% durante el segundo trimestre del año, aumentará al 32,01%, un incremento de 120 puntos básicos y que lleva a un incremento de 2,52% con respecto a la tasa vigente al incio del año.
En palabras sencillas, eso implica que las deudas como créditos de libre inversión adquiridas a partir de este viernes costarán 25 pesos más anualmente por cada 1000 pesos que sean financiados.
Para el experto en planeación financiera Germán Sánchez, esta es la clave de lo que se debe hacer con una tasa de interés tan elevada: tratar de frenar el consumo financiado con deuda, como el que se realiza con tarjetas de crédito.
«La primera preocupación es que la tasa de interés afecte el consumo. Muchos recurren a tarjetas de crédito o créditos rotatorios para sus gastos, lo que se hace prohibitivo con un interés tan elevado», afirmó Sánchez.
La primera recomendación que hace el planeador financiero es evitar a toda costa los gastos suntuarios pagados con tarjeta de crédito, como compras de tecnología y entretenimiento; servicios como Uber o Spotify que requieren pagos con tarjeta también se verían afectados.
Pero según el rector de la Universidad del Rosario y analista económico José Manuel Restrepo, esta afectación al consumo es necesaria para poder cumplir con una situación más crítica: el aumento de la inflación, que a pesar de la intervención del Banco de la República no se ha podido controlar.
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«Si la inflación sigue acelerándose, el Banco de la República va a seguir subiendo la tasa de interés, así apriete a los colombianos. Su obligación es controlar la inflación, y la tasa de interés es el único medio para frenarla», aseguró Restrepo.
Prueba para los inversionistas
Otro problema, según Sánchez, es el impacto que las tasas de interés puedan tener en proyectos de inversión como construcción, montaje de nuevos negocios e infraestructura, e incluso los créditos educativos nuevos.
«Si usted quiere abrir un negocio y necesita un crédito, las tasas lo ponen en un problema más difícil. La inversión, vista como gasto en proyectos, podrá tener también un freno ligero afectando la reducción del desempleo», consideró.
A pesar de esto, uno de los rubros que menos afectación podría tener es la construcción, debido a los impulsos que el Gobierno Nacional ha planteado para la compra de inmuebles nuevos para familias y los proyectos como casas gratis, que empiezan una segunda tanda a nivel nacional.
Sí puede haber beneficiarios
Las taasas de interés también tienen sus beneficios para otro tipo de personas, como quienes cuentan con recursos para invertir en productos financieros como CDT o cuentas corrientes.
«Estos productos, dependiendo de la capacidad de los bancos de otorgar tasas de interés competitivas, podrán tener más ingresos y ser rentables. Es posible que eso permita a la población invertir más en este tipo de bonos», consideró.
Otra beneficiada podría ser la tasa de cambio, que por cuenta de los llamados «capitales golondrina» de corto plazo podría ver una disminución pasajera con la llegada de estos recursos. A pesar de esto, este efecto sería limitado.
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