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Policía del Esmad, central y portera: la polifacética carrera de Katherine Tapia

Le brindó seguridad a sus ídolos y hoy ella es una de las referentes del fútbol en Colombia.

Flamengo - Cruzeiro BRA03. RÍO DE JANEIRO (BRASIL), 08/08/2018.- El jugador Gustavo Cuéllar de Flamengo en acción ante Cruzeiro hoy, miércoles 8 de agosto de 2018, durante un partido de octavos de la Copa Libertadores, en el estadio Maracana, en la ciudad de Río de Janeiro (Brasil). EFE/Marcelo Sayão (Marcelo Sayão/EFE)

Policía del Esmad, central y portera: la polifacética carrera de Katherine Tapia

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Es la persona a la que todo el mundo nombra por estas horas. Katherine Tapia resonó en todo el país luego de atajar los dos penaltis que metieron al América de Cali en la gran final de la Copa Libertadores 2020 (aunque se dispute en 2021 por asuntos de la pandemia), eliminando a Corinthians en el duelo semifinal.

Una tanda de penales no la iba a asustar, no después de lo que ha pasado por su vida. Tapia, antes de ser futbolista fue agente del Esmad, pero nunca perdió su sensibilidad y humildad para hacer las cosas.

Luego de esa etapa de su vida, Tapia se vinculó al fútbol, pero desde una faceta diferente. La portera del América de Cali en la actualidad prestó seguridad en Atlético Nacional, donde sin saberlo iba a tener la chance que tanto quiso en su vida. De manera informal y prestándole la seguridad a sus ídolos del equipo masculino, un día pudo probarse con el conjunto femenino.

«Yo trabajaba a las arqueras del club. El día que la conocí la saludé, le di la mano y me doy cuenta de que tenía unas manos grandes para el promedio. Le dije: ‘usted no es central, usted tiene que ser arquera», dijo en una entrevista a Futbolred concedida en 2018.

Sí, sus manos estaban bendecidas. En esos entrenamientos informales Tapia demostró su talento y llegó al primer equipo verdolaga. Así cumplió su sueño de infancia, distinto al que sus padres tenían para ella.

«Ellos querían que estudiara y no que fuera futbolista. Me tocó trabajar cuidando niños, haciendo aseo en las casas para tener dinero para mis pasajes, porque mis padres no me patrocinaban esa idea. Incluso, me escondía las camisetas y guayos para irme a entrenar; después ellos se enteraban que estaba jugando y me regañaban», confesó en otra entrevista.

Ahora Katherine está a 90 minutos de la gloria eterna. Luego de defender el escudo de Nacional, pasó a América de Cali como refuerzo para la Copa Libertadores. La Copa en la que solo recibió un gol, aquel de Tamires en semifinales, pero en la que demostró que nació para esto, con el permiso del Esmad.

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