Por cada zarpazo una cornada. Desde que arrancó la temporada, Falcao García ha marcado seis goles en nueve partidos, incluyendo el que significó un punto ante Chile; responde Duván Zapata anotando seis en ocho juegos, sumando el que consiguió ante Venezuela en el debut de eliminatorias. La lucha por el puesto de delantero centro titular en la Selección Colombia es más feroz que nunca y Queiroz tiene en sus manos un tablero en el que mover hacia adelante solo una de estas piezas, le significará seguramente el reproche de un buen sector del país futbolero que hoy se divide entre falcaístas y zapatistas (dos bandos con suficientes argumentos).
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Y ahí está don Carlos. Sentado en la madrugada frente a su pizarra, jugando tetris con los nombres, tratando de encajar fichas de todas las formas y colores; preguntándose, quizá, si es hora de activar el plan Y. El Plan YUNTA. Quizá sea tiempo de diseñar un mecanismo que permita que sus dos fieras del gol tiren del carro, juntos. A fin de cuentas, es una fórmula, hasta ahora, infalible.
A la fecha, han coincidido 144 minutos en cancha con la camiseta de la Selección. Ese tiempo se reparte en cuatro juegos: 73′ en el empate ante Perú que significó la clasificación al Mundial de Rusia 2018, 25′ en la victoria ante Japón en el arranque de la era Queiroz, 26′ en el triunfo sobre Catar en Copa América y los 20′ finales en el reciente empate con Chile en Santiago. Es decir, con la yunta Tigre-Toro, Colombia nunca ha perdido.
Para activar el doble-nueve desde el inicio de los partidos (porque ya lo ha hecho en el remate), la primera partida que debe dar Queiroz es contra sí mismo y contra un sistema que estadísticamente le ha resultado funcional: 4-3-3/4-5-1. Es alejarse de la orilla, corriendo un riesgo, pero con la posibilidad de encontrar una fórmula que le permita explotar el mejor momento simultáneo de sus dos mejores atacantes en los últimos años.
Quizá así Colombia vuelva a toparse con algunos rasgos del tono futbolístico que logró en las eliminatorias a Brasil 2014 cuando jugaba 4-4-2, con James y Cuadrado abiertos y con dos delanteros, encontrando en Teófilo Gutiérrez el mejor complemento posible para Falcao.
Duván no es Teo, dirán los defensores del dibujo actual. Y tienen razón. Sin embargo, seguro sabrán reconocer que delanteros de características similares, con las condiciones adecuadas, han sabido brillar juntos, aprendiendo a llevar el yugo: repartir el peso, tirar… y embestir.