Opinión

Jaque a los dos reyes

“Así las cosas, la disputa que ya había por la presidencia de Dimayor se hace más cruda: se lucha ahora también por la oficina más grande: la de la FCF”: Julián Capera

Las fichas se mueven con agresividad, los cercos se cierran y la caída de uno de los dos reinos (o de ambos) se pregona con fuerza. Sin embargo, aún quedan peones, alfiles y caballos (de troya) por jugar. En el campo de la dirigencia del fútbol colombiano cada turno se calcula con la sagacidad de los cuervos.

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La sanción de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) a los directivos de la Federación Colombiana de Fútbol sacudió el tablero, dejó tambaleando a algunos y les dio un punto de apoyo a otros que parecían ya perder equilibrio: Jorge Enrique Vélez, presidente de Dimayor, por ejemplo.

Apenas se conoció el comunicado de la SIC, el Ministro del Deporte Ernesto Lucena sugirió que los implicados debían renunciar a sus cargos y hacer su defensa desde afuera. Un escenario en el que, por estatutos, Vélez terminaría asumiendo la presidencia de la FCF, el trono máximo del fútbol en este país.

Con un elemento adicional: en varios clubes hay molestia y preocupación porque sí la sanción es ratificada la multa grande tiene que asumirla la Federación (más de 16 mil millones de pesos) y no las personas naturales involucradas. Plata que podría ir a los equipos (que no participaron en la reventa, que ni sabían de ella) y ahora se perdería.

Mientras tanto en la orilla Dimayor, la alberca tocó fondo: el regreso de la competencia todavía tarda y el dinero se acabó. A pesar de la expectativa que había sobre el tema este fin de semana, el canal que tiene los derechos de transmisión local del fútbol colombiano no ha podido llegar a un acuerdo con los clubes (con el agua al cuello ya) sobre la nueva forma en que les va a pagar lo que les corresponde.

El arreglo con el principal patrocinador de liga, torneo y copa va por mejor camino, aunque es mucho menos dinero del que mensualmente recibían los equipos por televisión.

Así las cosas, la disputa que ya había por la presidencia de Dimayor se hace más cruda: se lucha ahora también por la oficina más grande: la de la FCF. La oposición a la dirigencia de Vélez sabe que sacarlo en este momento frustraría su posibilidad de relevar a Jesurún y abriría la puerta para poner una ficha suya en esa posición. Quienes respaldan su gestión (y siguen siendo mayoría) hacen la misma cuenta y entienden que ahora hay más en juego. Probablemente mantendrán filas cerradas.

La asamblea del 24 de julio donde se definirán detalles del regreso de la competencia y se reformarán estatutos, será una nueva partida de una batalla que hace rato dejó de ser por el fútbol y se volvió una pugna política. Jesurún no piensa renunciar y quiere agotar todas las instancias; Vélez aun mantiene la mayoría. Hoy los reyes siguen en sus tronos pero saben que están en jaque y que un mal movimiento puede significarles el mate.

@juliancaperab

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