Para la Conmebol, la final de la Copa Libertadores entre River y Boca se disputará sí o sí. Conforme pasan los días, el escándalo en inmediaciones del estadio Monumental se barre bajo la alfombra y el negocio comienza a tomar preponderancia.
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Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, anunció que no están dadas las condiciones para que se dispute en Argentina. Más allá del pedido del presidente de River, Rodolfo D’onofrio, de jugar con público en su cancha, todo hace indicar que será muy lejos de allí.
Varias son las ciudades del mundo que aseguran estar a la altura de albergar el Superclásico. En la sede de la Conmebol no paran de llover las ofertas para quedarse con la final. Pero, hay una de ellas que seduce mucho, sobre todo desde lo económico.
Hoy por hoy, la ciudad que está más cerca de organizar la final River-Boca es Doha, en Qatar. El país del Medio Oriente es aliado comercial de Conmebol, además de estar cerca a Emiratos Árabes Unidos. En este último país se disputará el Mundial de Clubes, por lo que la cercanía juega a favor de las ambiciones qataríes.
¿Qué ofrece Qatar para quedarse con el River-Boca?
Solo escuchar la oferta hace que vuele la imaginación. Doha propone hacerse cargo de todos los gastos de los planteles: alojamiento, alimentación y viajes ida y vuelta.
Además, les daría 2.000.000 de dólares a Boca Juniors, producto de daños y perjuicios. Para River Plate, el playón económico sería de 2,5 millones de dólares, por sacarlo de su localía. Así lo asegura el portal especializado Doble Amarilla.
Por otro lado, el campeón podría recibir un botín de 30 millones de dólares, cinco veces más de los premios que paga Conmebol. El subcampeón, en cambio, se llevaría nueve palos verdes. La información la reveló el periodista Claudio Civiello en el programa La Oral Deportiva, de Radio Rivadavia.
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No contentos con eso, Qatar ofrece darle 1.000.000 de dólares a los jugadores campeones. A los subcampeones les regalarían 250.000 dólares para repartir.
Con todos estos premios, más allá de lo que se llevaría Conmebol y no ha trascendido, suena difícil que los clubes digan «no». Más allá de que River esté decidido a jugarlo en su estadio y Boca quiera ganar la Copa en el escritorio, el dinero está sobre la mesa.