En Rusia está la crema y nata del fútbol. Los mejores jugadores, los mejores árbitros, las hinchadas, los campos… todo de suprema calidad para que todo salgo perfecto. Pero, al parecer no están los mejores balones. La Adidas Telstar 18 es hermosa, pero su calidad está dejando qué desear. Pasó en el juego entre Francia y Australia, donde una pelota se desinfló en los pies de un defensor australiano.
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Luego, otra bola también dijo basta, en los pies de Messi durante el Argentina-Islandia. Los jugadores no se sienten contentos con el balón, que comienza a ser criticado como sus antecesoras, la Brazuca y la inolvidable como deficiente Jabulani, de Sudáfrica 2010.
Incluso, David De Gea culpó a la calidad de la pelota para justificar el gol que le hizo Cristiano Ronaldo y del que todo el mundo habló.
A un Mundial con mucho fútbol, pero con enormes polémicas se le suma una más: el balón. Ojalá que solo haya sido casualidad de sábado.