Más que un partido, se transformó en una cuestión de orgullo nacional y religioso. Para Argentina, pasaba más que nada por disputar un partido de tercer orden frente a una selección menor, como parte de cábala tras 32 años sin ganar una Copa del Mundo. La última vez que lo hizo justamente disputó su amistoso previo contra Israel.
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Pero, para los israelíes y sobre todo para Palestina se trataba de mucho más. Los primeros, querían colgarse la medalla de llevar a la selección de Leo Messi a Jerusalén, ciudad dividida entre judíos y musulmanes.
Los islamitas, por su lado, consideraban la presencia del astro del Barcelona en el amistoso, una validación a los argumentos de Israel y un desconocimiento de las protestas palestinas.
Por eso, la embajada palestina en Argentina pidió de manera formal la suspensión del juego, algo de lo que se hizo caso omiso hasta hoy. El encuentro que le generaría 2 millones de euros a la Albiceleste, finalmente no se disputará.
La versión que trascendió en la tarde gaucha fue que el presidente Mauricio Macri insidió en la cancelación del encuentro, pactado para el 9 de junio. Tal teoría es avalada por unos, pero el grueso de la prensa cree que no es así.
Finalmente, la AFA decidió no disputar el encuentro y dejar de engrosar sus arcas, ante la delicada situación bélica que se está presentando en la Franja de Gaza y en Jerusalén.
El partido podría disputarse en meses venideros, con la intención de no romper un contrato del cual la AFA ya había cobrado parte del dinero.
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Por el momento, se desconoce si Argentina pacta un amistoso de último momento, mientras se entrena en Barcelona. La Albiceleste debutará en el Mundial el 16 de junio, frente a Islandia. Luego, enfrentará a Croacia y a Nigeria respectivamente, en el grupo D de Rusia 2018.
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