Cultura

‘Series largas, novios cortos’: cuando la televisión narra nuestra propia vida

*La escritora Juliana Abaúnza nos muestra cómo las series muchas veces funcionan para reflexionar, por símil o contraste, sobre las cosas que nos pasan

Juliana Abaúnza
Juliana Abaúnza, autora de Series largas, novios cortos Cortesía / Victoria Holguín

Juliana Abaúnza lleva varios años escribiendo sobre series. Ahora, se animó a hacer un libro en el que hace un análisis más personal de comentadas producciones como Gilmore Girls, I May Destroy You y BoJack Horseman, entre otras. Usándolas como hilo conductor, Abaúnza habla de la envidia, la vida familiar, la depresión, cómo sobrevivir a un huracán, las aventuras de una noche, las relaciones fugaces, las segundas oportunidades que no prosperan y los secretos de los que preferimos no hablar.

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Esto fue lo que nos contó la escritora de Series largas, novios cortos.

Para comenzar, cuéntenos del momento en que se dio cuenta que los escritos que tenía de 2014 –que en su momento tal vez eran desahogos– podían servir para nutrir las historias personales que nos comparte

Cuando empecé a escribir ese capítulo sobre autosabotaje y bloqueo creativo (que es el primero en el libro pero que fue el cuarto que escribí), necesitaba meterme en la mente de una persona similar a mí en 2014, entonces abrí mi diario de esa época para inspirarme y volver a acceder a esa voz muy egocéntrica y muy convencida, pero también muy insegura. Y mientras los leía me reí tanto, que pensé: «esto lo tengo que usar». No todas las entradas del diario en ese capítulo del libro son entradas de mi diario realmente, pero las que sí usé me sirvieron de inspiración para escribir las demás desde ese punto de vista odioso de la «Juliana» de hace seis años.

¿En algún momento pensó el libro solo como un análisis de series, o siempre estuvo pensado para partir de las vivencias personales como base para hablar de las series?

Mi editora fue quien me contactó y me propuso hacer un libro. Yo tenía en mi cabeza una idea de un libro que era solo de análisis, pero ella, que se llama Salomé Cohen y es editora de ficción, me dijo que aunque eso sonaba muy bien, no era el tipo de libros que ella trabajaba, entonces me propuso hacer este libro que hicimos: una mezcla de autoficción con análisis de series.

En este libro hace un ejercicio concienzudo y valiente al narrar sus propias vivencias, ¿cómo fue el ejercicio de autoeditarse, de elegir qué cosas sería mejor no contar?

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Aunque hay mucho en el libro que es inventado o exagerado, la base siempre son cosas reales (así haya sido una sensación que tuve o una fantasía que tuve en algún momento) y al principio me costó porque no acostumbro a hablar ni escribir de mi vida personal. Entonces, en el primer borrador del primer texto que escribí (el que es sobre Gilmore Girls y una relación corta) me contuve mucho y conté a medias; fue mi editora quien me dijo: «se siente como que te estás guardando cosas». Y en ese momento pensé que si iba a hacer esto, lo tenía que hacer bien y soltar por completo ese miedo.

Cuéntenos también de la decisión editorial de incluir testimonios de abuso y acoso de su círculo cercano, ¿sintió que quizás era un ejercicio difícil pero necesario?

Sí. Inicialmente en ese capítulo hice lo que hice en los demás: combinar una historia personal con el análisis de la serie. Pero cuando lo hice, sentí que estaba quedando corta. La violencia sexual y la violencia de género es un problema que está en todas partes y fue en ese momento cuando decidí incluir testimonios de mujeres cercanas a mí, para mostrar que incluso en una muestra de población tan pequeña como la de mis amigas, hermanas, primas, tías y mamá, el problema está generalizado.

<span style="color:#038822" class="has-inline-color">«<strong>La violencia sexual y la violencia de género es un problema que está en todas partes y fue en ese momento cuando decidí incluir testimonios de mujeres cercanas a mí</strong>«</span>

Después de todo este análisis, si pudiera, ¿cuál sería el principal consejo que le da a un escritor de series de esta época para que, con suerte, sus diálogos envejezcan con dignidad?

Es imposible predecir el futuro y saber con seguridad si lo que alguien está escribiendo envejecerá bien. Si una escritora de series se pone a escribir preocupada por «¿será que en 10 años esto va a ser terrible?», entonces no se haría ninguna serie. Creo que mi consejo sería que lo mejor que pueden hacer es escribir diálogos que suenen naturales y que sean coherentes con y fieles a la construcción que han hecho de los personajes.

¿Cree que este libro también fue una forma de dejar atrás algunos egos, pensando por ejemplo en sus primeros ensayos, y tiene esto alguna relación con el nombre del capítulo de I May Destroy You, Ego Death?

Creo que escribiendo este libro dejé la vanidad y la arrogancia de la que hablé en el primer capítulo, pero eso no significa que haya destruido por completo el ego. Creo que detrás de un ejercicio de autoficción siempre hay algo de ego y esto me causó muchos conflictos porque, como ya dije, no estoy acostumbrada a escribir de mí públicamente; pero lo que entendí es que ego no siempre tiene que significar soberbia. Justo cuando escribí la última frase del libro, que hace referencia al título del final de I May Destroy You, Ego Death, pensé mucho en eso: ¿por qué Michaela Coel eligió ese nombre para el bar y para ese episodio? En algún lugar leí que estaba relacionado con el sentido que le dio la psicología Jungiana: una transformación de la psique. Y quizás también está relacionado con el sentido que le da Joseph Campbell en el ‘viaje del héroe’; quizás la muerte del ego es el momento de la historia en el que el personaje se transforma. Entonces, no había pensado en una relación entre mi cambio y el título de ese episodio, pero si lo tomo por el lado de transformación, quizás sí hay una relación. Gracias por notarlo.

Series largas, novios cortos: cuando la televisión narra nuestra propia vida

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