El mundo del skate siempre ha estado liderado por hombres. Sin embargo, las mujeres llevan muchos años haciendo parte de este deporte, que también es un hobby en donde se tejen comunidades.
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De esto precisamente habla Betty. La miniserie surge después de la película Skate Kitchen (2018), donde la directora Crystal Moselle se inspiró en la amistad de un grupo de patinadoras que conoció en el metro de Nueva York. Si bien muchas de ellas no sabían nada de actuación, tomaron clases y la película tuvo tan buena acogida que pronto nació la idea de hacer una serie. De ese proyecto ya van dos temporadas en HBO.
La historia se centra en Camille (Rachelle Vinberg), una joven descomplicada que busca abrirse paso en el mundo del skate. Aunque no tiene grandes aspiraciones de competir, solo quiere el respeto de los demás patinadores, que suelen mirar por encima del hombro a las chicas que se suben a una tabla de skate. Además, huye de los publicistas que solo se interesan por las patinadoras cuando pueden mostrarlas como algo «sexy y cool» para sus marcas.
Y Camille no está sola en esta vivencia, pues es la historia de muchas chicas que pasan por lo mismo cuando se inician en el mundo de las patinetas, pero se unen al descubrir que entre ellas se pueden dar apoyo dentro de las rampas, pero también fuera de estas.
El elenco de la serie lo completan Ajani Russell (Indigo), Nina Moran (Kurt), Dede Lovelace (Janay) y Kabrina Adams ‘Moonbear’ (Honeybear), con quienes hablamos sobre la serie y la segunda temporada.
¿Quiénes son las Betty?
Betty, tal como nos contó Ajani Russell, era un término usado en los 90 para referirse a las chicas que iban a los parques de skate ya fuera a patinar o a socializar. «No era necesariamente un término positivo, por esa razón la serie se llama así, porque buscábamos reclamar un término y reimaginarnos lo que sería una ‘Betty’, mostrando cómo son en realidad las chicas que patinan».
Para estas chicas, hacer estas temporadas de Betty ha representado la posibilidad de participar en una producción con todos los elementos para ser considerada Coming-of-age, un género donde vemos a los personajes crecer física y psicológicamente.
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«Creo que cuando vemos Skate Kitchen y Betty 1 y 2, se nota que están conectadas. Nos muestra a todas. Cuando empezamos a rodar teníamos alrededor de 17, 18 años, Ahora tenemos casi 23. Creo que el show logra capturar esos tiempos de forma precisa. Nos pueden ver creciendo, los problemas que afrontamos se hacen más intensos pero también se nota que nos conocemos mejor a nosotras mismas. Lo veo en todos los personajes», comenta Rachelle Vinberg.
De igual manera, para Ajani Russell el show les ha permitido explorarse y conocerse a sí mismas en todo un rango de emociones. «Creo que hemos crecido bastante en este show y en la vida real», agrega esta actriz, cuyo personaje, Indigo, nos comparte algunas lecciones sobre la verdad del «dinero fácil».
Una segunda temporada para repensar la masculinidad en el skate
Uno de los grandes temas de la continuación de la serie es el papel de los hombres. Aquí, vemos más involucrados a los chicos del grupo, y no solo como potenciales parejas sino como amigos que quieren desaprender comportamientos machistas.
De acuerdo con Vinberg, la segunda temporada buscaba resaltar a aquellos que sí apoyan a las chicas en el skate, y hablar de cómo sí hay hombres que quieren ser mejores con sus colegas del sexo opuesto: «puedo decir con honestidad que queríamos representar a esos chicos, como Lil’ Jay, un amigo nuestro. Tenemos a varios chicos que realmente escuchan, prestan atención, como los del grupo The Cult, son personas que quieren aprender y de verdad queríamos hablar de cómo no todos los chicos de la escena son machistas. Incluso, queríamos mostrar también que no se trata de hacer persecución con los que se equivocan, sino que ellos también pueden aprender y cambiar. Queríamos dar ejemplo de una crítica constructiva. Las mujeres lidiamos con mucha masculinidad tóxica, pero eso los afecta a ellos y de muchas maneras que de hecho son bastante complicadas».
New York, New York!
Otro de los grandes atractivos de la serie es el retrato que hace de la ‘Gran Manzana’. Sus calles son contadas desde la perspectiva de este grupo de amigas, que se apropian de las esquinas en sus patinetas, o coquetean con extraños en viajes de Ferry por la Estatua de la Libertad.
Sin duda, para ellas era importante mostrar la ciudad en todo su espectro: lo bueno, lo malo y lo feo, como la dificultad de encontrar espacios para patinar durante el invierno, o las vicisitudes de no poder reunirse libremente durante la llegada del COVID-19. «Creo que muestra cómo es la realidad de lo que es el skate en lugares cerrados. Hay muy pocos lugares para patinar», explica Dede Lovelace. «Pero estamos bien representados como jóvenes que patinan en Nueva York», agregó Nina Moran.