¿Cómo llega Patricia a esta cinta?
Yo llego a la película porque Mai Páramo, la productora de Dago García, me llama un día y me dice que van a hacer audiciones para esta cinta. Yo me quedé con la boca abierta porque no se me había pasado por la mente que de este libro naciera una película, pero lo cierto es que me emocioné mucho porque, al igual que miles de colombianos, quedé maravillada con el texto. Y a esta emoción se sumó el hecho de que quisieran hacer la historia en nuestra tierra.
En esa conversación también me dijeron que Fernando Trueba, director del filme, había visto el trabajo de varias actrices, escogió a algunas para entrevistarse con ellas, y en esa lista estaba yo. Llegó el día de la cita, estuvimos conversando más de dos horas y al final de la charla simplemente me dijo: «Bienvenida al barco, tú serás mi Cecilia». Yo me quedé un poco en shock y le pregunté si no me iba a hacer casting, y su respuesta fue que él no solía hacer eso porque las audiciones le parecían incómodas y representaban una situación molesta para los actores.
Eso sucedió un julio, en el año anterior a rodar, así que imagínense todo lo que anhelé y desesperé antes de que comenzara la filmación. Pero bueno, eso también me dio el tiempo suficiente de volver a leer el libro y sacar notas.
Además, en ese tiempo también tuvo la fortuna de entrevistar a Cecilia Faciolince…
Ella, sin duda, es una mujer fantástica a la que tuve la suerte de interpretar. Estuve dos veces en Medellín hablando con ella, fue muy generosa conmigo desde un principio y siempre estuvo abierta a responder cualquier pregunta que yo le hiciera.
¿Quién es Cecilia Faciolince?
Este personaje me parece importantísimo dentro de la historia, y para quienes no lo saben, ella fue la esposa de Héctor Abad Gómez. Es una mujer con una fortaleza increíble, con un amor gigante por su familia, y además, muy trabajadora. Cecilia se dio cuenta desde muy temprano que debía tener un empleo para que su marido se dedicara a sus grandes pasiones. Y es que, por ejemplo, con sus clases en la universidad no ganaba mucha plata para sostener a los hijos. Así que ella empezó a trabajar, montó una empresa, e incluso, esta empresa actualmente ya se encuentra en varios países y es manejada por sus nietos.
¿Cómo tomó la noticia de la premiación de esta cinta en los Goya?
Lo primero que sentí fue una emoción gigante que me levantó de la silla y me puso a brincar. Me acuerdo que grité, me levanté como un resorte y me puse a saltar con mi marido. Tal cual, esa fue la secuencia luego de que me entere de la noticia. Fue un momento muy lindo y no solo por la premiación como tal, sino por todo lo que hay previo a esto. Y es que hay una especie de suspenso mientras abren el sobre y muestran a los nominados. Y todas esas imágenes pasan en cámara lenta mientras uno suda frío. Así que, como tal, la magia radicó en todo lo que sucedió antes, durante y después del anunció.
Para quienes no conocen muy bien la industria, ¿cuál es la importancia de los Goya para el cine, y en especial, para el cine colombiano?
Los Goya tienen un prestigio muy grande en Europa y en realidad, en todos los continentes. Yo pienso que lo importante de estos premios, y en general, de todas las premiaciones en el mundo, es que visibilizan el trabajo de las personas y muestran un panorama de qué se está haciendo en los diferentes países respecto al cine.
¿Por qué tenemos que ver la historia de Héctor Abad Gómez en el cine?
Esta es la historia de un médico bueno, como bien lo diría su hijo Héctor Abad Faciolince. No son buenos tiempos para la humanidad y esto nos ha llevado a perder la fe. Y justamente, ver la vida de un hombre bueno y apasionado puede ayudar un poco a ver el mundo de otra manera, con ojos más positivos.
Además, en la otra orilla se encuentra la historia familiar, que está cargada de dolor pero al mismo tiempo de resiliencia. Y a fin de cuentas, ellos son un claro ejemplo del sufrimiento de muchas familias que han perdido a sus seres queridos en medio de guerras y conflictos sin sentido.