Vivimos tiempos violentos. Desde hacía mucho tiempo no se veía un cruce de mensajes tan desesperados, palabras tan hirientes e incluso, llamados de los mismos creadores sobre uno de los monstruos más grandes que afecta a la experiencia de muchos aficionados a películas, libros y videojuegos. Si, el Coco, el Boogeyman que atormenta a muchos, ese monstruo no es otro más que el Spoiler.
Hay que ser claro con algo, hay personas que disfrutan y no siente molestia alguna con conocer de antemano el final o los aspectos importantes de una historia. Incluso, se han realizado estudios donde se ha demostrado que estos “adelantos” ayudan a que el espectador disfrute mucho más la experiencia. Y eso está bien. Yo me incluyo entre este grupo. Incluso tengo el hábito de ojear el final de un libro antes de leerlo por completo. No me molesta que me cuenten el final de una historia, porque para mí, lo más importante es disfrutar más el cómo se llegó al final, que el final en sí.
Pero al otro lado de la balanza están los que prefieren no tener nada de información, cero, finito. Quieren llegar libres de cualquier dato que se relacione con lo que van a estar por ver, leer o jugar. Evitan a toda costa ese monstruo terrible que es el spoiler. Pero pobres ellos, están nadando contra la corriente en un mundo donde nos saturan con información. Y es porque el spoiler es un fenómeno recurrente ahora, incluso alentado por las personas que trabajan en la producción de los contenidos que consumimos. Fotos filtradas, vídeos y adelantos en convenciones, mensajes crípticos que los directores y guionistas postean a diario en sus redes sociales, declaraciones de los actores que sin querer cuentan detalles de las historias en las que están trabajando. Pero aún así muchos se las arreglan para llegar sin spoiler alguno.
Y es que este fenómeno del spoiler, hasta hace relativamente poco era algo controlado, pero, en los últimos meses, está situación se ha salido de control por completo. Creo que todos hemos visto post, stories y tweets donde muchos piden a los demás que no hagan adelantos de los estrenos que se van a vivir en los próximos días. Son mensajes que muchas veces causan malestar, porque en lugar de generar empatía, alimenta a los trolls que viven bajo el puente de las redes sociales y que se nutren de esa fuerza negativa que se crea el publicar en un comentario una imagen que cuenta toda la historia.
Y es precisamente eso lo que no está bien. Vivimos tiempos violentos, donde la empatía es cero o nula con el otro. Sí, muchas veces es exagerada la forma en la que algunos piden que no se cuente absolutamente nada, que el spoiler no exista, pero también es muy exagerada la reacción del que hace el spoiler a quien no lo pide. No es amable ni sensible con el otro destruir la emoción que quería vivir si esa era su preferencia. No podemos seguir pensando que arruinar los momentos de los demás es algo divertido. Y no es saludable para nosotros seguir alentando a estos trolls.
Sí, es un tema trivial, pero que es, sin duda, una muestra de lo turbulenta que se ha convertido la convivencia en los espacios virtuales y que son un fiel reflejo de los que vivimos en nuestra cotidianidad. Porque si en ultimas no podemos respetar a los demás en asuntos tan mundanos como lo es no dar un spoiler a quien no lo pide, ¿cómo esperamos respetarnos en premisas más complejas?