La semana transcurrida desde la victoria del «no» en el plebiscito del domingo 2 de octubre hasta este viernes, cuando el presidente Juan Manuel Santos fue anunciado como ganador del Premio Nobel de Paz para 2016, fueron uno de los períodos más intensos de la historia de Colombia.
El estado de ánimo del país ha pasado de la incertidumbre y el desasosiego a la esperanza, con desarrollos como la marcha por la paz del pasado miérocles y las reuniones y encuentros para tratar de rescatar los acuerdos de La Habana desde entonces.
Mientras el resultado del plebiscito dejó el país en un estado de «incertidumbre», para la senadora Claudia López los desarrollos de la semana pasada han llegado como un renovador de la esperanza de paz.
«Desde que se conocieron los resultados del Plebiscito hasta hoy, que se da la noticia del Premio Nobel de Paz, hay hechos positivos que permiten avanzar en superar la actual incertidumbre del proceso de paz», aseguró López a PUBLIMETRO.
El 31 de octubre, según el presidente Santos, se levantaría el cese al fuego indefinido entre las Farc y el Gobierno al no poderse realizar la comprobación de la ONU.
A pesar de esto, ambas partes explicaron su intención de mantener el cese al fuego después del 1 de noviembre, y la posibilidad de que tanto las Farc como el Gobierno se mantengan en la mesa facilitaría la labor de los diferentes entes de control.
Incluso, cabe destacar que en su declaración conjunta Humberto de la Calle e «Iván Márquez» pidieron a la ONU mantener la verificación del cese al fuego y de otros elementos como la destrucción de armas, lo que haría que se implementen algunos protocolos del acuerdo de La Habana antes de que sea refrendado.
Recuperando la esperanza en una semana
Mientras el lunes y martes post-plebiscito se fueron en discusiones de «qué hacer», rápidamente el Gobierno Nacional recuperó la iniciativa e invitó a los representantes del «no» liderados por Álvaro Uribe Vélez a una reunión, invitación que fue aceptada el pasado martes.
El miércoles, en una extensa reunión empezó el proceso de negociación entre líderes del «sí» y del «no» para modificar puntos del acuerdo de La Habana y crear una paz que uniera a los colombianos.
Otro importante anuncio llegó por parte de los líderes de las Farc, quienes el lunes aseguraron que se mantendrían en la mesa de diálogos y, el viernes, reconocieron la necesidad de modificar los acuerdos que habían considerado inamovibles.
Este gesto de las Farc dio la mayor estabilidad al proceso y disipó uno de los mayores temores: que los guerrilleros que esperaban desmovilizarse a partir del 3 de octubre no regresarían a las armas, como se temía cuando el presidente Santos ordenó terminar el cese al fuego definitivo el 31 de octubre.
También fue un fuerte impulso el provocado por la marcha multitudinaria a favor de la paz organizada por estudiantes que el miércoles por la noche movilizó a más de 50.000 personas en Bogotá y a otros miles en el país. Esta iniciativa desactivó algunos enfrentamientos en redes sociales y mostró un sustento popular a la idea de la paz.
La entrega del Nobel a Santos, por su parte, ratificó de forma indiscutible el apoyo internacional a las negociaciones, y fortalece la posibilidad de que, como plantea López, «el Presidente nuncie a más tardar el 30 de octubre una hoja de ruta para llegar a los nuevos acuerdos».
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