Un proyecto de ley presentado por el magistrado del Consejo Nacional Electoral (CNE) Armando Novoa García se convirtió en una polémica intensa debido a su contenido, en el cual se propone que las elecciones para Congreso de 2018, 2022 y 2026 se creen 13 jurisdicciones para víctimas del conflicto.
Estas jurisdicciones, que están diseñadas para atender a las regiones más afectadas por el conflicto armado, no tendrían una conformación departamental como las 166 curules ordinarias, sino regional de acuerdo a las áreas afectadas por los grupos al margen de la ley, y contarían con normas específicas para asegurar que quienes sean elegidos pertenezcan a los gupos de víctimas.
La propuesta que plantea el CNE plantearía que estas 13 nuevas curules tengan una capacidad electoral especial, la cual en palabras de Novoa no solo permitiría dar representatividad a los campesinos, sino también disminuir de forma sensible la concentración de los votos en zonas urbanas y, en especial, en grandes ciudades.
Estas zonas regionales (ver recuadro) contarían de ser aprobado el proyecto con la posibilidad de que sus representantes sean elegidos con menos votos que los departamentales: para ser exacto, el 65% de los votos con los que fue elegido el representante con votación más baja de los departamentos de la circunscripción en la elección anterior descontando sus capitales.
Así, si en uno de los departamentos el representante con menor votación de todos los departamentos fuera elegido con 8000 votos en 2018, el representante de la circunscripción especial en 2022 podría llegar a la Cámara con 5200 votos.
Cabe anotar que, según el proyecto, los votantes en las áreas de estos municipios podrían tener doble voto, al poder elegir por aparte los candidatos de las circunscripciones especiales y los de las elecciones tradicionales.
Cámara ampliada
Las 13 circunscripciones especiales serían adicionales a las 166 curules existentes en la actualidad, con lo que la Cámara quedaría con 179 miembros entre 2018 y 2030, tiempo de vigencia que da el proyecto para las facultades especiales transitorias.
Según Novoa, el proyecto permite que las candiaturas para estas curules no provengan de partidos políticos, sino de organizaciones sociales con presencia en las regiones en las que se encuentran las respectivas circunscripciones especiales.
Significativamente, estos partidos incluirían a los que salgan de los acuerdos de La Habana, como el partido que salga de las Farc tras la firma del acuerdo final. La única excepción en estos movimientos sería la Unión Patriótica.
Novoa, como miembro del «congresito» que sesionó entre 1990 y 1991 en simultánea con la Asamblea Nacional Constituyente, colaboró con la elaboración de las circunscripciones especiales de paz que se desarrollaron en el proceso de desmovilización del M-19 a finales del siglo XX.
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