Las víctimas de la masacre de Bojayá, el pueblo en el que murieron 79 personas por una bomba lanzada por las Farc en 2002, conmemoraron este lunes el catorce aniversario de la tragedia y pidieron el reconocimiento de sus derechos.
La matanza ocurrió el 2 de mayo cuando una bomba lanzada por las Farc durante un combate con paramilitares cayó en la iglesia en la que habían buscado refugio decenas de civiles que buscaban escapar del enfrentamiento.
Durante los últimos tres días el Comité por los Derechos de las Víctimas de Bojayá ha congregado en asamblea a 200 personas en la iglesia para intercambiar ideas, según informó en un comunicado la oficina de la ONU en Colombia.
A la cita asistieron además autoridades locales, departamentales y nacionales, entre ellas el gobernador del Chocó, Jhoanny Palacios, y el alcalde de Bojayá, Jeremías Moreno Álvarez.
Las víctimas pidieron, según la información, que «por fin se reconozcan» sus derechos «para lograr así la construcción de la paz sostenible en el territorio».
Como resultado de esos tres días de asamblea, el Estado se comprometió a «realizar el proceso de reparación colectiva e implementar el plan que resulte de la concertación con los cabildos indígenas y las comunidades afrocolombianas».
Asimismo, la Gobernación y Alcaldía «se comprometieron a apoyar los espacios para el ejercicio de concertación comunitaria», agregó la información.
Por su parte, el Comité por los Derechos de las Víctimas de Bojayá presentó a la asamblea la propuesta para la organización del «lugar de memoria y espacio de construcción y formación para la paz», apoyada por el Centro Nacional de Memoria Histórica, y que ha sido aprobada por la asamblea.
A ésta le preocupa que «no estén garantizados los recursos necesarios y suficientes» para que la Fiscalía y Medicina Legal identifiquen y entreguen los cuerpos de los fallecidos en la masacre a sus familiares, según destacaron en sus conclusiones.
Por otro lado, se establecieron compromisos para abrir oficinas bancarias en Bellavista, cabecera municipal de Bojayá, e impulsar «iniciativas productivas y de mercadeo» para reactivar la economía de la zona.
También se prometió «garantizar la seguridad en el territorio» después de que se haya constatado «la presencia de actores armados ilegales y el auge y reaparición del fenómeno del paramilitarismo en la región«.
«Nos preocupa la presencia de paramilitares en la zona donde todavía se encuentran los miembros de la guerrilla de las Farc. No queremos la repetición de los combates que llevaron a los crueles hechos del 2 de mayo de 2002″, apuntan las víctimas.
El pasado diciembre una delegación de las Farc visitó Bojayá para realizar un acto de petición de perdón a los sobrevivientes en la más estricta intimidad.