Pese a que el discurso del Gobierno de Juan Manuel Santos es que no habrá racionamiento eléctrico, el país parece encaminarse a una situación que ya se vivió en 1992, cuando los efectos del Fenómeno de El Niño sumieron a Colombia en la oscuridad.
Dado que las campañas de ahorro de energía y agua no han funcionado como se esperaba, es posible que en los próximos días los colombianos deban cambiar varias costumbres, por cuenta del racionamiento eléctrico. Estas son algunas:
La ‘hora Santos’
Como ocurrió en 1992 con la ‘hora Gaviria’, uno de las medidas para ahorrar energía que contempla el gobierno es cambiar el huso horario oficial del país y adelantar una hora todos los relojes en el territorio nacional, de modo que se pueda aprovechar más la luz solar.
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Trabajo y estudio más temprano
Tal como lo recomendara el exministro de Minas y Energía, Amylkar Acosta, uno de los principales cambios que deberán hacer los colombianos será comenzar a trabajar y estudiar desde más temprano. Aunque en teoría sería a la misma hora, debido a que el huso horario cambiaría, todo iniciaría una hora antes. En pocas palabras: si tenía clase de 7:00 a.m., pasaría a tener clase a las 6:00 a.m., aunque el reloj marque que son las 7:00 a.m. Lo mismo con los horarios laborales. Por ejemplo, si salía de trabajar a las 5:00 p.m., debería salir a las 4:00 p.m.
Uso de energía
Tanto en casa como en las calles y los establecimientos públicos y comerciales, se dejarán de usar aparatos que usen demasiada energía, por lo que los ratos de esparcimiento cambiarán obligatoriamente. Por ejemplo, si dedicaba cierto tiempo para ver televisión, jugar video juegos, leer en la noche (etc.) y eso era una costumbre, ese tiempo se reducirá considerablemente. En los centros comerciales, aunque la mayoría cuenta con planta de energía propia, deberán reducir el tiempo de funcionamiento de sus locales o restaurantes, lo que hará que cierren más temprano.
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Servicios y transporte
El racionamiento haría que servicios como el transporte público, los hospitales y demás, inicien la atención a sus usuarios desde más temprano. Aunque su operación no cambiaría demasiado. Por ejemplo; TransMilenio es un prestador de servicio público, y el transporte público para el sector eléctrico es un bien constitucionalmente protegido. Todos los bienes afectos a la prestación del servicio de transporte, y por tal los bienes de TransMilenio, son bienes constitucionalmente protegidos, equiparados a los hospitales y las escuelas.
La TV
Una de las grandes costumbres de las familias colombianas es sentarse frente a la televisión para departir y entretenerse. Esto cambiaría radicalmente, dado que, con los racionamientos, la TV no funcionaría de la misma manera. Esto ya ocurrió en 1992: las programadoras de televisión se peleaban las franjas horarias con luz. También sufrieron el ‘apagón’ porque tuvieron millonarias pérdidas y las telenovelas, por ejemplo, perdieron la tercera parte de la sintonía, por lo que, para contrarrestar estos efectos, la programación y, por ende, la costumbre, también cambiaría. Lo mismo podría ocurrir con la radio.
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