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días quedan hasta el 23 de marzo, fecha que el presidente Juan Manuel Santos dio como último plazo para firmar el acuerdo de paz con las Farc.
Los cancilleres de Cuba y Noruega consiguieron finalmente que el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) regresara a territorio cubano los delegados de las Farc que realizaron un acto político el pasado jueves en La Guajira.
La participación de los países garantes del conflicto fue necesaria para que «Iván Márquez», «Jesús Santrich», «Joaquín Gómez» y Rodrigo Granda fueran trasladados de un campamento de las Farc en la Serranía del Perijá, en inmediaciones de la frontera con Venezuela, a La Habana.
El traslado de los jefes guerrilleros a La Habana permitirá reactivar luego de una tensa semana los diálogos de paz, aunque según el asesor jurídico de las Farc Enrique Santiago, la fecha del 23 de marzo es «un imposible».
A un mes de la fecha fijada por el Gobierno de Colombia y las FARC para la firma de la paz, el próximo 23 de marzo, nadie se aventura a confirmar que en este plazo se llegue al acuerdo que terminará con 50 años de guerra.
Aunque después de tres años y medio de negociaciones la confrontación armada se ha reducido a niveles históricos, las tensiones, tropiezos y hoscos cruces de declaraciones entre las partes vistas en los últimos días reviven el interrogante: ¿se firmará la paz en el plazo previsto?
El detonante de esta duda fue la visita el pasado jueves de varios delegados de las Farc al corregimiento de Conejo, municipio de Fonseca, en La Guajira, donde participaron en un acto público acompañados de guerrilleros fuertemente armados, en un acto que la Presidencia definió como «política con armas»
Esto se vio potenciado por informes de prensa que presentaron otras situaciones similares en los departamentos de Caquetá y Putumayo, provocando una reacción muy fuerte del presidente Juan Manuel Santos, que consideró estos hechos como una situación «inaudita» e «inaceptable».
Cinco días después el malestar sigue vivo y el alto comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, afirmó hoy que es «grave» lo sucedido porque las Farc «mezclaron política y armas». Como respuesta a la polémica visita, Santos dio una importancia capital al 23 de marzo, fecha que él mismo empezaba a diluir semanas atrás por si los acuerdos no estaban listos para entonces.
«A su regreso a La Habana los señores de las Farc deben concentrarse en lo siguiente: Ya se agotó el tiempo para terminar las negociaciones. La fecha del 23 de marzo, acordada entre el presidente de la República y el comandante de las Farc, está a menos de cinco semanas», avisó el pasado viernes.
Así, a juicio del presidente, quedan 29 días para la firma del acuerdo de paz: según dio a entender en su declaración, si para entonces los asuntos pendientes no quedan resueltos en la mesa, los colombianos entenderán «que las Farc no estaban preparadas para la paz».
Sin embargo, el ministro de Interior, Juan Fernando Cristo, matizó hoy esta sensación al declarar que el día 23 «no puede convertirse en una espada de Damocles para ponerle fin al proceso de paz».
«Hasta el momento tenemos el propósito de cumplir con el acuerdo, ojalá se supere este episodio en las últimas horas para poder reanudar el ciclo y avanzar con el acuerdo final para el 23 de marzo», subrayó Cristo.
Al día de hoy los países garantes del proceso de paz, Cuba y Noruega, trabajan para superar este «impasse», como lo ha definido la guerrilla, a través de una intensa diplomacia en La Habana, sede de los diálogos, donde hoy se reunieron los cancilleres de ambos países.
Su meta es encontrar una «solución» a esta tensión lo más pronto posible, según Santos, para desbloquear los aspectos que faltan por concretar para firmar la paz definitiva.
Esos puntos son definir el alto el fuego bilateral y definitivo, acordar un «número razonable y práctico de las zonas donde se ubicarán las Farc durante el proceso de dejación de armas», fijar «un sistema para la elección de los magistrados del Tribunal Especial» que se encargará de impartir justicia y determinar el mecanismo de refrendación de los acuerdos.
Sin embargo, para hablar de todo esto primero deben regresar a la isla los delegados de las Farc que visitaron Colombia: el jefe negociador de la guerrilla, «Iván Márquez» y «Joaquín Gómez». A pesar de su traslado en la noche de este martes a La Habana (ver recuadro), los cinco días con dos líderes negociadores retrasaron la discusión en un momento en el que cada minuto cuenta.
Así las cosas, las cuatro semanas que faltan para el 23 de marzo se antojan repletas de incertidumbre y con escasos retazos de información desde La Habana, donde además no hay fecha fijada para que se reanuden las conversaciones.
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PUB/EFE/JMR