“Alex Durán es mi nombre. Médico, ex secretario de Salud y candidato a la Alcaldía de Cali”. Ese es el saludo que Alexander Durán Peñafiel pronuncia mientras entrega raspados en distintos puntos de la ciudad como parte de las estrategias para darse a conocer mientras ofrece una opción refrescante en el calor insoportable de la capital vallecaucana.
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El 23 de julio, Durán inscribió su candidatura apoyado por 105.000 firmas del movimiento ciudadano ‘Esperanza’. Para iniciar su camino a la Alcaldía, renunció a finales de octubre del año pasado a su cargo como secretario de Salud, que venía ocupando desde el inicio de la administración Armitage. Entre 2008 y 2011 se desempeñó como gerente de las redes de salud Ladera y Norte, cuando el alcalde de la ciudad era Jorge Iván Ospina.
Hasta ahora, la mayoría de encuestas de intención de voto ubican a Durán en el cuarto lugar, después de Ortiz, Ospina y Eder. Para el candidato, sin embargo, esto es normal: su nombre era poco conocido en la política local antes de que comenzara la campaña. Por eso se ha valido de su experiencia y logros en el sector de la salud para buscar entradas en la opinión pública y para formular algunas de las propuestas de su plan de gobierno desde la medicina y el bienestar.
Cuando habla de seguridad, uno de sus puntos es disminuir las muertes por homicidio, accidentes de tránsito y suicidios. ¿Qué propone y por qué incluye las muertes autoinfligidas?
Estas tres formas de morir son prevenibles, lo que significa que podemos intervenirlas. Los suicidios, por ejemplo, se han incrementado en todo el país y vamos a tener una nueva oleada que se debe a la forma como estamos viviendo. En cuanto a los homicidios, Cali sigue teniendo la tasa más alta de Colombia y una de las más altas del mundo. La seguridad es el resultado de muchas acciones u omisiones. Por eso una de las novedades de nuestro programa de gobierno es que todas las dependencias van a aportar a este tema. Le vamos a apostar fuertemente a la seguridad y queremos trabajar la cabeza y el corazón de la gente, eso nos va a aportar un granito.
Hay otros temas, como el microtráfico, que requieren medidas urgentes…
Queremos trabajar el consumo de sustancias psicoactivas desde el enfoque de salud pública. Si tenemos un componente fuerte de salud mental, este consumo va a disminuir y podremos recuperar algunas personas a través de tratamientos médicos y psicológicos. Tengo una experiencia con el uso de jeringas en consumo de heroína: cuando fui secretario de Salud, creamos un lugar donde la gente entrega sus jeringas usadas y recibe nuevas. El resultado ha sido positivo. Regular los sitios de consumo puede ser una forma de controlar el microtráfico.
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En movilidad propone mayor calidad en el servicio del MIO y obras de infraestructura. ¿Cómo confluirían estos aspectos en su gobierno?
Empecemos por el MIO. Hay que establecer unos indicadores y exigir que vayan aumentando en términos de cantidad de pasajeros movilizados, kilómetros recorridos y frecuencias. Eso tiene que dar estabilidad para el sistema y tranquilidad para los usuarios. En segundo lugar estamos proponiendo un paquete de 25 obras no solamente para el transporte masivo, sino para que todos los ciudadanos se puedan mover con facilidad.
¿Por qué propone integrar el transporte intermunicipal con el MIO?
Pensarse Cali en términos de movilidad sin nuestros vecinos es un desacierto. Todos los días se producen cerca de 150 mil desplazamientos entre Cali y Jamundí, así que podríamos lograr que el recorrido del MIO iniciara en Jamundí, a solo 10 kilómetros de Cali. Por otra parte, en Candelaria tenemos la zona de expansión de vivienda urbana. Necesitamos conectarnos con la gente y darle más opciones de transporte.
Hay otros candidatos que hablan de un metro para Cali, ¿por qué no incluyó esta propuesta?
Soy un hombre que viene de hacer un ejercicio técnico de ordenación del gasto y sé que lo que se hace en el Estado responde a los planes de desarrollo. En el Plan Nacional de Desarrollo de Iván Duque no quedó incluida la discusión de un metro para Cali. En ese orden de ideas, en los próximos tres años no será posible incorporar este desarrollo ni técnica ni presupuestalmente.
Hay problemas de movilidad que se agravan por el mal comportamiento de la gente, ¿cómo le apuesta a la cultura ciudadana?
El ejemplo para este tema son las ciclorrutas: quienes usan vehículos sienten que les estrecharon las calles y que los carriles para bicicletas no se están utilizando. Como no respetan ni al ciclista ni al peatón, se generan accidentes. La pedagogía es importante y vamos a tener campañas de cultura ciudadana, pero también está la represión. En Cali, hay gente que cree que puede hacer lo que quiera. Hay que mandar mensajes claros de que existe el orden en la ciudad y por eso nos interesa ganar bien, sin cuestionamientos. Llevo 12 años en el gobierno y tengo cero cuestionamientos.
En su eje de desarrollo económico plasma su interés en apoyar el emprendimiento, ¿cómo lo haría?
La economía en Cali va bien, pero la gente del común no. Tenemos una tasa de desempleo del 12% y una informalidad del 45,3%. Hay que trabajar con los pequeños empresarios, apoyarlos y darles capitales semilla. También tenemos una apuesta grande para que la tecnología esté al alcance de todos. Parece algo loco, pero contamos con lo necesario para propiciar el teletrabajo, desarrollos de aplicaciones o de software y otras actividades que generen empleo con muy poca inversión. Nos preocupa el tema de la informalidad porque le da cabida a la inseguridad.
En educación, ¿por qué hace énfasis en el bilingüismo y en la ‘enseñanza para el hacer’?
La ciudad tiene un deshonroso lugar en las evaluaciones del sistema educativo y no estamos haciendo nuestro mayor esfuerzo. El bilingüismo es una herramienta que nos ayudaría, por ejemplo, a generar empleo. Si otra de nuestras apuestas es atraer turistas extranjeros, necesitamos personas que puedan comunicarse con ellos. En otras palabras, para que la gente pueda competir en un mundo globalizado es necesario tener un segundo idioma.
En cuanto a la enseñanza para el hacer, hoy no estamos midiendo el mercado laboral para orientar a la gente en sus estudios. Esto no requiere invertir recursos, sino monitorear el sistema y es trabajo de la alcaldía. Por ejemplo, cada semestre se gradúan 380 auxiliares de enfermería y solamente 30 se emplean… mientras que hay empresas que necesitan 200 instaladores de líneas de energía y no los encuentran.
Su plan de gobierno le dedica un capítulo a Emcali, ¿qué podría hacer para que esta empresa se recuperara?
No es tan cierto que Emcali esté en su peor momento, pero podríamos hacer mucho más para que sea un generador de riqueza. Emcali no es una tienda, es la única empresa grande que tiene el municipio y debe tratarse como tal. Sus directivos no pueden llegar a hacer curvas de aprendizaje. Es necesario seguir la ruta del plan estratégico diseñado por Univalle y lograr que en el componente de energía nos convirtamos en generadores y no en comercializadores; en agua, que aseguremos el abastecimiento, y en telecomunicaciones, que logremos una resignificación.
En sus propuestas hay una frase que llama la atención: “No todo es posible”…
Tuvimos la delicadeza de saber de dónde vamos a conseguir los recursos para lo que está planteado en nuestro plan de gobierno. Eso tiene que ver con mis 12 años de experiencia siendo ejecutor del gasto. Por eso no decimos nada que no haya tenido una discusión presupuestal. La buena intención llega hasta donde la plata alcance.
¿Cómo se siente con los resultados de las encuestas?
Estamos compitiendo contra actores de la política en Cali, gente que lleva ocho o diez años haciendo política. Era obvio que su nivel de reconocimiento fuera mucho más alto. Pienso que lo que muestran las encuestas es un estado de conocimiento. Sin embargo, hoy la gente sabe que existe una nueva opción. En esta fase, donde los ciudadanos van a empezar a conocer programas de gobierno, empezaremos a registrar.
¿Quién le financia la campaña?
La gente que nos está acompañando. Son aportes pequeños porque no es una campaña costosa. Tenemos aportes de un millón, básicamente.
¿Cuántos raspados ha repartido?
Vamos como en 4800 raspados, saludos, miradas a los ojos y conversadas con la gente. Me ha gustado ese ejercicio.
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