Con un movimiento avalado por firmas, Alejandro Eder pretende consolidar su candidatura a la principal plaza política de la ciudad. Caleño, de 42 años y parte de la familia propietaria del ingenio azucarero Manuelita S.A., Eder trabajó durante ocho años en el Gobierno Nacional y fue uno de los negociadores del Acuerdo de Paz con las Farc.
Su experiencia más reciente incluye haber dirigido la Fundación para el Desarrollo Integral del Pacífico, FDI Pacífico, entidad que apoyó a la Alcaldía de Cali con la supervisión del Plan Jarillón. En entrevista con PUBLIMETRO, el precandidato habló sobre temas que hoy aquejan a la ciudad como la inseguridad, los problemas de movilidad y el ingreso masivo de venezolanos.
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Inició su campaña recorriendo las calles y hablando con la gente, ¿qué ha escuchado?
Además de los problemas inmediatos como seguridad, empleo y movilidad, los caleños tienen una preocupación muy grave y es el consumo de sustancias psicoactivas por parte de los jóvenes, lo que está ligado al microtráfico. Se ve en todas las comunas y corregimientos, y se suma a la falta de oportunidades y de autoridad. Sin embargo, hay otros problemas trascendentales que no nos dejan avanzar como ciudadanía.
¿A qué problemas se refiere?
El primero es la manera como se ha venido conduciendo la política en la ciudad: de una forma transaccional, politiquera, donde lo público no responde a las necesidades de las personas. El segundo es que la llamada cultura de ‘caleño come caleño’ está fuera de control. Resulta muy difícil darnos la mano y plantear un camino para sacar adelante a la ciudad. Nuestros políticos nos han enseñado a pensar en el corto plazo y sucede que por atender lo inmediato no se piensa a futuro.
¿Cuál es entonces su visión a largo plazo?
En Cali nos hace falta recuperar una visión de ciudad, volver a pensar en grande. Durante unas décadas fuimos la ciudad más influyente del país, pero no solo perdimos esa posición sino que seguimos echando para atrás: en este momento somos la tercera ciudad más importante, pero Barranquilla y Bucaramanga están a punto de pasarnos en los indicadores de desarrollo social y económico. Cali tiene que recuperar su norte, tenemos que aspirar a ser la principal ciudad de Colombia.
En problemas como el microtráfico hay que tener en cuenta que Cali es un ‘puente’ entre el suroriente del país y la costa Pacífica, ¿qué estrategias implementaría?
En este momento hay tanta coca que el mercado internacional está saturado, entonces los grupos ilegales han generado un mercado interno que nos está afectando. Cali tiene que dejar de mirarse el ombligo: no podemos seguir pensando que la seguridad está dentro de los límites de la ciudad. A media hora hacia el sur tenemos 19 mil hectáreas de coca. También estamos cerca de Buenaventura, que es el principal puerto de salida del narcotráfico. Tenemos que lograr un liderazgo que nos permita presionar al Gobierno Nacional para que les dé solución a estos temas.
Una crisis reciente es el éxodo de venezolanos, ¿qué haría con esta población?
Es la crisis migratoria más grave del mundo en este momento. Sin embargo, un número importante de quienes llegan de Venezuela son profesionales y pueden levantarse rápidamente si les tendemos la mano. Hay gente que dice que esto les quitaría trabajo a los colombianos, ¿acaso en Colombia sobran los médicos, por ejemplo? He estado en corregimientos con puestos de salud cerrados por falta de personal, en escuelas cerradas porque no hay profesores.
Hace poco visité un albergue para venezolanos y, entre toda la gente que estaba aguantando hambre, había médicos, profesores, abogados, policías… Es importante caracterizar a los que llegan para integrarlos a la economía. La solución a la crisis venezolana es aproximarla de una forma más pragmática y creativa: quiénes son los que están entrando y cómo los podemos capacitar o validar sus capacidades para que atiendan la misma crisis.
Hablemos de movilidad, ¿le seguiría apostando al MIO o implementaría otro sistema de transporte?
El problema de movilidad en Cali no lo debemos seguir entendiendo como el problema del MIO. El MIO es parte de la solución, pero tenemos que comprender el tema ampliamente. Una de las soluciones para agilizar la movilidad es el MIO, pero hay otras que, aunque tardan más y requieren más recursos, pueden ser más efectivas. Podríamos pensar en un tren de cercanías que se convertiría en la primera línea del metro. También hay que impulsar medios alternativos como la bicicleta.
La administración Armitage es una de las que más le ha inyectado dinero al MIO, ¿lo seguiría haciendo?
Ningún sistema de transporte masivo en el mundo es autosostenible. Todos reciben algún tipo de subsidio porque la movilidad debe ser un derecho de la ciudadanía. El hecho de apoyar financieramente el funcionamiento del MIO no es extraordinario, pero tenemos que asegurarnos de que esos subsidios sí están contribuyendo a un mejor servicio.
El próximo alcalde no va a recibir una ciudad sino un Distrito Especial, ¿qué retos plantea esto?
Ser un distrito especial es la oportunidad para que Cali se dispare y retome su camino a consolidarse como la principal ciudad de Colombia, por eso el primer reto para los caleños es elegir un buen gobernante. El segundo reto es elegir un buen Concejo. De nada sirve tener un alcalde bienintencionado si el Concejo trabaja de otra manera. También será importante que haya buenas juntas administradoras locales. Recordemos que en ciudades como Bogotá, la gran problemática de corrupción empezó al nivel de las Jal.
¿Qué rescata del gobierno de Maurice Armitage?
Rescato la inversión social que se ha hecho en el oriente de Cali con los gestores de paz y cultura ciudadana y la inversión en educación. Son temas importantes que deben mantenerse y profundizarse.
¿Qué le reprocha?
A pesar de que en los últimos meses ha habido avances en seguridad, creo que Cali tiene que contar con una política mucho más sofisticada en este tema con tres aspectos principales: un nodo de pie de fuerza y de autoridad, mantener la inversión social y estimular el empleo, y presionar al Gobierno Nacional para que brinde apoyo. No es coincidencia que estemos tan cerca de hectáreas de cultivos ilícitos y tengamos tasas tan altas de homicidios.
¿Qué le queda de su experiencia de trabajo en el Gobierno Nacional?
Varias cosas: pude demostrar que soy un buen gerente público y que para mí el tema de la administración pública no es nuevo. Segundo, al trabajar en algunos de los lugares más complejos del país con desmovilizados encontré que aplicando políticas serias, bien estructuradas y pensadas no solo en tiempos políticos sino en tiempos reales se pueden generar cambios importantes en la vida de las personas. Si algo aprendí durante ese tiempo fue la importancia de trabajar con distintos sectores, en especial con sectores adversos.
Habla del trabajo en equipo, ¿ha pensado en alianzas para su camino a la Alcaldía?
No tengo problema en hacer alianzas con alguien, estoy dispuesto a trabajar con cualquier persona siempre y cuando lo hagamos partiendo de varias premisas: que lo que hagamos sea de manera honesta, cuidando los recursos; que todo tenga excelencia técnica, y que vamos a buscar siempre trabajar con personas buenas. Nuestro objetivo será el bien común, no los intereses particulares.
¿Tiene alguna llave en la Gobernación?
En este momento estoy enfocado en lo mío, en un proceso de caminar la ciudad y de escuchar a la ciudadanía para poder palpar qué es lo que quiere la mayoría de caleños.
¿Cree que va a tener el aval de Armitage?
No sé. El principal aval que estoy buscando es el de los ciudadanos. Para mí lo más importante es demostrar que puedo sacar adelante una campaña independiente y que quiero trabajar por un cambio de fondo en esta ciudad.
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