En el registro diario de actividades de los Bomberos Voluntarios de Cali es común encontrar que una o varias de las emergencias que atienden en la jornada son incendios forestales. Entre el 1 de enero y el 2 de septiembre de este año, 395 conflagraciones de este tipo acabaron con parte de la capa vegetal de las zonas rural y urbana de la ciudad.
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Una semana común, de lunes a domingo, registra un promedio de 11 incendios forestales. Por día podría hablarse de 1,6. En el 2018, el área afectada va en 224 hectáreas, que equivalen a unas 300 canchas de fútbol profesional o a 14 veces el espacio que ocupa del Acuaparque de la Caña. Ese es el terreno que los caleños han perdido por culpa del fuego y de las manos incautas que lo provocan.
De acuerdo con el sargento Édgar Hoyos, coordinador del Centro de Telemática de los Bomberos de Cali, es muy difícil determinar las causas y el punto de origen de los incendios forestales. Sin embargo, su experiencia y la de sus compañeros de servicio indican que casi siempre hay personas relacionadas con esta clase de accidentes.
«Es atípico que un incendio forestal inicie solo, tiene que haber alguna acción humana: quemas controladas que se salen de control, fogatas en zonas verdes, intentos de invasión, etc.»: sargento Édgar Hoyos.
“Tirar un fósforo encendido, que por coincidencia caiga en un charco de gasolina y se inicie un incendio es algo que solo se ve en las películas. Es atípico que un incendio forestal inicie solo, tiene que haber alguna acción humana: quemas controladas que se salen de control, fogatas en zonas verdes, intentos de invasión, etc. Lo grave de estos incendios es que el viento los expande muy rápido”, dijo el sargento Hoyos.
Aunque la mayoría de conflagraciones que afectan la capa vegetal en Cali se presentan en la zona urbana (261 en lo que va el año), el área rural tiene el triple de espacio quemado. En el 2015, cuando Colombia sufrió el fenómeno de El Niño, los incendios forestales en la capital vallecaucana acumularon 1108 casos, cifra que se redujo a la mitad en el 2016 y que siguió disminuyendo en el 2017.
Las peores llamas
Por lo menos en los últimos siete años, el incendio forestal más grande que se ha presentado en la ciudad es que acabó con 118 hectáreas del cerro Los Cristales, donde reposa el monumento a Cristo Rey, el pasado viernes 31 de agosto. Los testigos hablan de tres jóvenes que iniciaron el fuego con la quema de llantas en distintos puntos de la montaña, con presuntas intenciones de eliminar la vegetación para invadir el terreno.
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Esa noche, las llamas consumieron un área equivalente a 157 canchas de fútbol profesional o a un poco más del espacio que ocupa la Universidad del Valle (sede Meléndez). Además del pasto y el rastrojo que terminaron incinerados, cientos de especies de fauna que habitaban en el lugar murieron carbonizadas. La Fuerza Aérea Colombiana apoyó la emergencia con descargas de agua desde un helicóptero, mientras en tierra hubo 75 bomberos lidiando con las llamas.
Cuatro años atrás, el 1 de septiembre del 2014, otro incendio forestal había consumido 114,5 hectáreas en la vereda La Cajita, del corregimiento Pichindé, cerca de Cristo Rey. Ese lunes, una nube de humo cubrió el oeste de Cali y se extendió hasta algunos barrios del sur. El 31 de julio del mismo año, otra conflagración acabó con 50 hectáreas de bosque en Golondrinas, noroccidente de la ciudad.
El corregimiento La Castilla tuvo dos incendios forestales que incineraron 50 hectáreas de capa vegetal cada uno y que están entre los cinco más grandes entre el 2012 y el 2018. El primero ocurrió la tarde del 28 de agosto del 2012 en el sector de Los Limones, y se expandió con rapidez por los vientos de los Farallones de Cali. El segundo tuvo lugar en la vereda Las Palmas, el 8 de diciembre del 2015, y puso en riesgo cuatro viviendas y un negocio.
Para un bombero es difícil recordar cuáles de los incendios que ha atendido son los más grandes. En esta tarea es necesario acudir a una plataforma digital que sistematiza la información. No obstante, hay sucesos que se convierten en experiencias inolvidables. El bombero Carlos Ortiz, por ejemplo, recuerda la fecha en la que rodó 300 metros mientras estaba luchando contra las llamas en la vía al mar.
“Fue el 26 de septiembre del 2012, en el sector de Patio Bonito. Eran las 6:00 p. m. y llegamos a un incendio que no era tan grande, pero había riesgo de que afectara unas viviendas en la zona de ladera. Rodé por una pendiente hasta el río Cali y me fracturé la órbita. Quedé inconsciente y mis compañeros me rescataron”, recordó el bombero, cuyo diagnóstico fue ‘trauma craneoencefálico moderado’.
En el incendio forestal en el que se accidentó el bombero Ortiz se consumieron dos hectáreas, un terreno que parece mínimo si se compara con los daños de las otras conflagraciones. Para evitar que el fuego tome ventaja no solo en esta época de verano sino en cualquier mes del año, los bomberos recomiendan no hacer fogatas en espacios verdes o cerciorarse de apagarlas por completo, y pedirles asesoría si se requiere hacer una quema controlada.
Otros afectados
Funcionarios de la CVC y del Dagma han estimado que al cerro Los Cristales le tomará entre 10 y 15 años sobreponerse al incendio de la semana pasada. Esto se debe a que el fuego no acabó solamente con el pasto seco sino con incontables especies de flora y fauna que deberán reintroducirse de a poco y que eran parte de un programa de reforestación que las autoridades ambientales venían adelantando en el lugar.
“Encontramos muchos animales incinerados: aves y pichoncitos, serpientes, lagartos, insectos y guatines. En cuanto a la flora, se perdieron especies de bosque seco tropical como balsos, arrayanes y chirlobirlos»: Sandra Franco, miembro del Dagma.
“Encontramos muchos animales incinerados: aves y pichoncitos, serpientes, lagartos, insectos y guatines. En cuanto a la flora, se perdieron especies de bosque seco tropical como balsos, arrayanes y chirlobirlos. Nos han escrito algunos científicos que dicen tener técnicas para recuperar el cerro en cinco años, la próxima semana vamos a reunirnos con ellos”, explicó Sandra Franco, miembro del grupo de Ecosistemas del Dagma.
Con la fauna que logró escapar de la conflagración se presume otro problema: luego de perder su hábitat se verá obligada a invadir terrenos en los que el ser humano o nuevos depredadores se convierten en una amenaza. Las aves, por ejemplo, pierden los corredores que la reforestación les había brindado para anidar y alimentarse.
“En un incendio forestal no solo se afecta la flora, que es la que se quema y sirve de ‘combustible’ para que el fuego se propague, sino las especies de fauna que no son capaces de salir de la zona, principalmente los invertebrados. La fauna que logra salvarse se ve muy afectada porque no tiene ni dónde alimentarse ni dónde dormir”, dijo el biólogo Humberto Giraldo.
Cristo Rey, el ‘ave fénix’ de Cali
Así como el ave fénix resurgía de sus cenizas, autoridades de Cali esperan que Cristo Rey pueda reponerse del incendio con la ayuda de todos los ciudadanos que se han solidarizado. Esta semana, la Alcaldía socializó el plan ‘Ave Fénix’, cuyas acciones iniciarán este domingo 9 de septiembre. Aún no se pueden hacer siembras en la zona porque la temporada de sequía no las dejaría prosperar.
“Estamos convocando a los caleños para que nos encontremos este domingo en el cerro, al lado del monumento, a las 7:00 a. m. Queremos hacer una acción simbólica y firmar un pacto por la defensa de los cerros tutelares de Cali. Los que quieran hacer donaciones pueden llevar bolsas para vivero, cascarilla de arroz, abono orgánico e implementos como palas y rastrillos”, explicó la directora del Dagma, Claudia Buitrago.
Durante este mes, añadió la funcionaria, se estarán evaluando los daños que sufrió el terreno para iniciar la recuperación. Más adelante se organizarán grupos de siembra de hasta 300 personas para reforestar el cerro con especies arbóreas que pertenezcan al bosque seco tropical. Para esta segunda fase es indispensable que haya llegado la temporada de lluvias.
En cuanto a la identificación de las personas que habrían causado el incendio, el secretario de Seguridad y Justicia de Cali, Andrés Villamizar, aseguró que hay tres sospechosos a los que están tratando de ubicar: “La idea es trabajar de la mano de la Policía y el Ejército para hacer un patrullaje constante y evitar que se generen invasiones donde ha habido quemas. Hemos judicializado a varias personas señaladas de iniciar los incendios e invadir los predios”.
«A todo el que esté invadiendo vamos a meterlo a la cárcel porque no podemos seguir permitiendo este tipo de cosas»: alcalde de Cali.
Por su parte, el alcalde Maurice Armitage les puso un plazo a las autoridades para que judicializaran a los responsables del incendio: “A todo el que esté invadiendo vamos a meterlo a la cárcel porque no podemos seguir permitiendo este tipo de cosas. A la Secretaría de Seguridad le dije que en mínimo 15 días tienen que tener en la cárcel a las personas que hicieron esto en Cristo Rey. Entre todos los caleños tenemos que recuperar el cerro y cuidarlo”.
- 134 incendios forestales en la zona rural de Cali se han presentado en el 2018.
- 15 años podría tardar la recuperación de Cristo Rey.
- 118 hectáreas se quemaron en el incendio forestal más grande de los últimos siete años en Cali.
- 600 bomberos tiene la capital vallecaucana, repartidos en 10 estaciones.
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