Un perro dálmata asesinado a machetazos en el corregimiento de Villacarmelo, un cachorro de bull terrier presuntamente arrojado por su dueño desde el quinto piso de una unidad residencial en el norte de Cali y una perrita violada y tirada en un andén del barrio Ciudad Córdoba son tres de los casos de maltrato animal que más han conmocionado a los caleños durante el 2018.
Según el subintendente David Rendón, miembro de la Policía Ambiental, en los primeros 24 días del año se han recibido 96 denuncias por maltrato a los animales en la capital vallecaucana y en Jamundí, Candelaria, Yumbo, Vijes y La Cumbre, municipios en los que tiene injerencia la Policía Metropolitana de Cali. Esto sin contar las quejas que se han puesto por internet y que aún no se han atendido, ni la gran cantidad de casos que se quedan en las redes sociales sin un precedente judicial.
“La mayoría de denuncias han sido en Cali. En los otros municipios, unas 10. En la Policía Ambiental contamos con un vehículo y tres policías para atender todos los casos de maltrato animal que nos reportan en las seis ciudades, por eso debemos priorizarlos y apoyarnos en otros compañeros para dar una pronta respuesta”, dice el intendente Rendón.
Y es que aunque la Ley 1774 de enero del 2016 establece multas y penas de hasta 36 meses para los delitos contra la vida y la integridad física y emocional de los animales, las condenas se pueden pagar por fuera de la cárcel al ser inferiores a cuatro años, según el artículo 29 de la Ley 1709 del 2014. Esta es la razón por la que en Colombia no hay ningún maltratador animal tras las rejas.
Terry Hurtado, candidato a la Cámara de Representantes por el Movimiento Animalista del Valle del Cauca, explica que se trata de un asunto de educación más allá del castigo y que no solo afecta a animales como perros y gatos sino a los caballos que aún son usados en las carretillas, entre otras especies.
“Igual que con todos los otros hechos de violencia, en el maltrato animal la solución no es el castigo. La única manera de evitar que estos actos violentos sucedan es educando a la gente y generando una cultura distinta. Aun así, no se puede negar que el sistema judicial no está preparado para responder a la Ley 1774 y que sus instituciones tienen, por lo menos, dos años de atraso en cuanto a esto.”, comenta el líder ambientalista.
Abandono y tenencia irresponsable, las faltas más comunes
De acuerdo con el intendente Conrado Patiño, jefe del grupo de Protección Ambiental y Ecológica de la Policía de Cali, la mayoría de denuncias instauradas por la comunidad corresponden al abandono y a la tenencia irresponsable de mascotas. En cuanto a esto último, las faltas más frecuentes son pasear perros de razas potencialmente peligrosas sin los requerimientos necesarios y no recoger el excremento de los animales.
Las cifras que maneja la institución señalan que durante el 2016 fueron reportados 886 casos de maltrato animal, un promedio de dos por día; el en 2017 la cifra ascendió 1114, un promedio de tres diarios. En lo que ha corrido del 2018 el promedio va en cuatro casos cada día. No obstante, el aumento de las denuncias es entendido como un aspecto positivo.
“Hay que reconocer que con la Policía Ambiental y Ecológica estamos más cerca a los ciudadanos y esto ha hecho que denuncien fácilmente. Nos reportan todos los hechos por mínimos que sean y a nosotros nos corresponde ir al lugar, realizar el procedimiento judicial y presentarlo a la Fiscalía”, añade el intendente Patiño.
Por otro lado, el año pasado se pusieron 119 multas de acuerdo a lo estipulado en el Código Nacional de Policía con relación a la tenencia de animales. De esas, la mayoría fueron por tolerar, permitir o inducir por acción u omisión que un animal ataque a una persona, a otro animal o a bienes de un tercero, como lo expresa el numeral 7 del artículo 124. Este año van 14.
“Muchas personas se multan por descuido, por la pereza de cargar los elementos exigidos para sus mascotas y porque todavía tienen costumbres erradas. A veces dicen, por ejemplo, que dejan que sus animales corran libremente. Pero cuando hay accidentes o mordeduras ya cambia la situación”, puntualiza Patiño.
Fauna silvestre, otro problema
Desde su trabajo como rescatista animal en La Casita del Bosque, lugar que se proyecta como la primera escuela verde de Colombia para la educación ambiental de niños y adultos, Davis Beltrán recibe a diario reportes y peticiones de auxilio para animales silvestres que se encuentran en apuros.
“Lo que más me reportan son zarigüeyas atropelladas y aves que se estrellan con los árboles o que se caen de sus nidos. Trabajar con fauna silvestre es más difícil por la dieta y porque no hay muchos veterinarios especializados.”, cuenta Beltrán.
Sin embargo, también recibe constantes notificaciones sobre animales domésticos como perros y gatos que necesitan ayuda porque han sido envenenados, atropellados, maltratados o abandonados.
“La gente se jura salvadora porque ve un animal muriendo y lo reporta, pero no hace nada más. Hay mucha indiferencia y es necesario trabajar en eso. Por otro lado, las leyes son muy blandas y quienes maltratan animales quedan libres a los dos días, como máximo. Los animales no son compromiso de algunos pocos sino de todos los ciudadanos.”, agrega.
Con relación a fauna silvestre y su tráfico, más allá de la tenencia irresponsable y las dificultades de adaptación que estas especies puedan tener, hay otro problema más grave: las cantidades que mueren al ser transportadas a escondidas en cajas, tubos, botellas y otra variedad de recipientes que quizá no pasan por la cabeza de sus futuros compradores.
“Para que llegue un loro a una tienda de mascotas, por ejemplo, se han muerto unos 100. A la fauna silvestre la cazan y la tratan de una forma que no tiene justificación alguna. Si hubiese un análisis de casos y las personas fueran castigadas realmente por maltratar animales, el problema se podría reducir. Mientras tanto seguirá igual”, finaliza Davis.
Cómo reportar un caso de maltrato animal
Para estas situaciones están disponibles la línea 123, de la Policía; los teléfonos (2) 8826115 y 3004592472; y el correo electrónico mecal.ambiental@policia.gov.co, además de las inspecciones de Policía y la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía. Las formas de maltrato animal son el desentendimiento (falta de cuidado), el maltrato físico o psicológico, el abandono, la explotación o la humanización (alterar su naturaleza para darles características humanas: tintes, zapatos, gafas, etc.).