Stephanie Ramírez, 26 años, fisioterapeuta asfixiada por el hijo de una paciente que primero la violó. Jorge Millán, 47 años, baleado por dos hombres que le robaron su moto. María Rubiela Soto, 70 años, golpeada hasta la muerte por su hijo recién salido de la cárcel. José Javier Rivera, 20 años, apuñalado en un bus del MIO por llevar bordado un escudo de fútbol en su maletín. Jeanpierre Charcopa, 6 años, atacado con un puñal por el novio de su mamá. Estos son algunos de los homicidios que han aterrado a los caleños durante el primer semestre del 2017. Casos que sorprenden por su nivel de crueldad o porque han sido cometidos a plena luz del día, en medio de decenas de transeúntes. Pero son solo algunos, la lista no para ahí.
Según un informe del Observatorio de Seguridad de la Alcaldía de Santiago de Cali, en el primer semestre del año se registraron 589 homicidios en las comunas y corregimientos de la ciudad. De las víctimas, 541 fueron hombres y 48, mujeres. De acuerdo con los entes investigadores, el motivo del 51% de los casos fue la venganza, seguido por los líos entre pandillas (1,2%) y riñas (1%).
En cuanto a las comunas más violentas, el primer lugar lo ocupa la Comuna 15, con 79 homicidios entre enero y junio; de segunda está la Comuna 13, con 62 homicidios; el tercer lugar es para la Comuna 21, con 52; el siguiente puesto es para la Comuna 14, ubicada también en el oriente de la ciudad, donde se registraron 42 homicidios. Al extremo occidental de Cali, en la zona conocida como ladera, está la quinta comuna más violenta: la 20, con 43 homicidios, que a su vez tiene el barrio en el que más asesinatos se presentaron durante estos seis meses: Siloé, con 19 muertes violentas intencionales.
Aunque el panorama hasta ahora parece poco alentador, es positivo con relación a las cifras que se tenían el año pasado: durante el 2016, en este mismo lapso se habían registrado 696 homicidios, lo que indica que este año se ha presentado una disminución del 15%. De acuerdo con el secretario de Seguridad y Justicia, Juan Pablo Paredes Campo, la tendencia a la baja continúa mes a mes a pesar de que julio fue un mes atípico.
“Mantenemos la buena noticia de tener el indicador de homicidios más bajo de los últimos 25 años (…) El mes de julio tuvimos un comportamiento atípicamente alto en homicidios con algunos casos grupales o masivos como el que se tuvo en el barrio Alameda y en otra parte de la ciudad donde hubo tres muertes violentas en el mismo sitio (…) En la primera semana de agosto tuvimos tres días con cero homicidios, estamos haciendo análisis para saber desde cuándo no teníamos una situación parecida”, aseguró el secretario.
Jóvenes, las principales víctimas
De acuerdo con el informe del Observatorio de Seguridad, la mayor cantidad de víctimas (173) fueron personas entre los 18 y 24 años. No obstante, esta cifra presentó una disminución del 21% con respecto al año pasado, cuando murieron 220 jóvenes entre estas edades en el mismo periodo. Preocupa la cantidad de menores de edad asesinados, que entre enero y junio del 2017 alcanzó los 79, 13 más que en el 2016.
La mayoría de los homicidios (471) se perpetraron con arma de fuego y sucedieron con mayor frecuencia los domingos entre las 6:00 p.m. y las 12:00 a.m. En cuanto a la zona rural, se presentaron 18 asesinatos en 10 de los 15 corregimientos de Cali, el 12% más que el año pasado.
El contrapeso a la violencia
Desde la administración municipal se han llevado a cabo diversos programas que buscan convocar a los jóvenes integrantes de pandillas y habitantes de sectores en alta condición de riesgo para involucrarlos en programas laborales en los que podrán encontrar nuevas formas de salir adelante. Uno de ellos es ‘Gestores de cultura ciudadana para la paz’, que con el apoyo del Dagma brinda oportunidades de formación para el trabajo y la vida a 1000 jóvenes en condición de vulnerabilidad.
“La columna vertebral de esta alcaldía es la educación. Por eso le hemos destinado el 60% del presupuesto. Un segundo eslabón es la generación de empleo. Cali, en el último año, ha sido la ciudad que más ha bajado el desempleo en términos porcentuales. Hemos bajado los homicidios con trabajo y oportunidades”, anotó el alcalde Maurice Armitage.
En los barrios también se han puesto en marcha estrategias motivadas por la misma comunidad para disminuir la violencia y todo lo que esta involucra: hurtos, riñas, homicidios, intranquilidad, etc. En Brisas de Mayo, por ejemplo, socializadores del Miocable como Álex Guerrero y José Guerrero han probado con distintas apuestas de acercamiento a los jóvenes a través de la educación y el arte. En Potrero Grande, el entrenador de fútbol Jhon Jaider Biojó les demuestra a los muchachos que en el deporte hay otra salida y se los reconfirma con el hecho de que ya varios de sus pupilos estén jugando en otros países. Unión de muchos esfuerzos que sueñan con una Cali en paz.