Todo comenzó como una alternativa para perder peso. A finales de 2014, cuenta la pareja conformada por Viviana Hurtado y William Vallejo, comenzaron a montar patines por las calles de Cali sin más pretensiones que las de bajar algunas tallas.
“Mi novio y yo queríamos estar en forma, porque estábamos muy sedentarios y pasados de kilos. Hablamos y llegamos a la conclusión que lo que nos gustaba a los dos era patinar”, relata Viviana.
El objetivo primordial lo lograron: ella perdió 25 kilos y William, odontólogo de profesión, ha bajado unos 50 kilos, solo rodando en patines. “Pesaba 135 kilos. Hoy en día estoy pesando menos de 86 kilos. Y todo gracias al patinaje. He fortalecido los músculos y hasta me estoy marcando. Estoy conociendo gente bonita y conociendo la ciudad”, cuenta Vallejo.
Pero más allá de los kilos dejados atrás con los kilómetros recorridos, la idea de Viviana y William se convirtió en ‘Cali en Patines’, el colectivo de patinadores urbanos más grande que hay en el momento en la ciudad.
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“Comenzamos y a la semana éramos un grupo de seis amigos. Empezaron a llegar personas a quienes les gustaba patinar y al mes ya éramos como 20. Hoy en día, después de año y medio, somos más de 100 patinadores”, dice la joven, dejando ver su amplia sonrisa.
No es una exageración. A diario, de lunes a viernes a las 8:30 p.m., decenas de jóvenes y adultos contemporáneos se reúnen en el Cañaveralejo Mall para salir a rodar en sus patines. La dinámica de ‘Cali en Patines’ es simple, explica Viviana.
“Lo que queremos es tener una propuesta para la ciudad de Cali en donde podamos incentivar a través del patinaje urbano el deporte, los buenos hábitos, la cultura, ayudar al medio ambiente y ser nueva propuesta de movilidad”, señala.
Tienen recorridos diferentes todos los días; a veces hacia el norte pasando por el centro histórico de Cali, otras veces hacia la zona sur de la ciudad, por Valle del Lili y la ciclorruta de la Calle 5. También van hasta Alfaguara y los fines de semana, a veces, suben hasta Pance y terminan el ascenso con un frío baño en las aguas del río.
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“El único requisito para salir con nosotros es tener todo el equipo necesario. Con unos $400.000 se puede comprar todo; unos patines, un casco, las coderas, las rodilleras, los antifracturantes (que van en las muñecas) y luces para las rodadas nocturnas”, señala Viviana.
Y es cierto. Cualquiera puede rodar con ‘Cali en Patines’. A diario se reúnen estudiantes, administradores de empresa, profesionales de la salud, deportistas e ingenieros, como lo es Adolfo Franco, un joven de 28 años quien desde hace seis meses va a patinar con su esposa en el colectivo urbano.
“Queríamos hacer algo de deporte. Ella no puede hacer bicicleta y a mí me gustaba la bicicleta. Pero a los dos nos gustaban los patines, entonces fue como la mejor opción para hacer cardio. Salimos unas tres veces por semana y los uno de los dos días del fin de semana. Es una ‘goma’, una vez te bajás de los patines, ya querés que sea el día siguiente para volver a subirte”, cuenta Adolfo.
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Lo que más les gusta es sentir el viento en la cara cuando avanzan con velocidad. Además, asegura el ingeniero, practicar patinaje urbano es mucho más seguro que otras disciplinas de deporte recreativo, como montar bicicleta o trotar.
“Es mucho más difícil que te bajen de unos patines, porque el ladrón primer tendría que pararte y luego tendría que sentarse a esperar a que te los quités. Y hasta el momento no he sabido de alguien que lo hayan robado. No ha pasado. Esa fue una de las razones por las que me decidí también por los patines, porque las bicicletas las roban mucho más fácil”, explica Adolfo.
Esta tendencia, para mucho novedosa, se ha convertido incluso en la manera en que varios miembros del colectivo ‘Cali en Patines’ van a sus trabajos o universidades, sostiene Viviana.
“Quienes quieran pueden venir los lunes, que es el día que recibimos a todos los que quieren ingresar al grupo, miramos qué nivel de patinaje tienen y si necesitan algún tipo de refuerzo o pueden salir a alguna ruta ya”, informa la líder de los patinadores.
“Ojalá más gente se nos una. Estamos súper motivados. El patinaje va a inundar la ciudad”, agrega Adolfo.
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