especialista certificados tiene la Sociedad Colombiana de Cirujanos Plásticos en el Suroccidente del país.
» Habitualmente en estos sitios lo que utilizan son sustancias que llaman biopolímeros pero que pueden ser grasas, aceites, ceras, acrílicos o siliconas». Alfonso Riascos, cirujano de la Clínica Imbanaco de Cali.
Una tromboembolia pulmonar mató a Jenny*, una mujer de 30 años a quien la salud se le complicó luego de realizarse un aumento de glúteos en un supuesto centro médico. Milena*, de 35, también perdió la vida al hacerse una lipectomía en un spa que funcionaba como clínica clandestina. A sus 21 años y recién llegada de Europa, Lina* también falleció al someterse una cirugía en un consultorio del sur de Cali.
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La capital del Valle del Cauca es una de las ciudades colombianas donde más cirugías estéticas se realizan. De hecho, es bien sabido que durante los periodos vacacionales, personas de todo el país y muchas otras del extranjero llegan a la ciudad con la intención de operarse, alentadas por los buenos precios y la excelente oferta de especialista cualificados en la materia.
Cali es, sin duda alguna, una suerte de capital mundial de las cirugías plásticas. No obstante, no todas las intervenciones resultan como deben y no todos los “médicos cirujanos” que operan resultan siendo propiamente profesionales de la salud.
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Según cifras de las autoridades departamentales, durante 2015 en Cali y el Valle del Cauca al menos siete mujeres fallecieron al sufrir complicaciones durante o después de intervenciones quirúrgicas hechas en lugares que no contaban con las condiciones de salubridad requeridas para este tipo de procedimientos estéticos.
La preocupación entre la comunidad médica es evidente, pues de manera alarmante, de cada diez consultas al especialista, tres corresponden a pacientes con errores en el quirófano y de cada 10 pacientes que van a cirugía reconstructiva nueve quedan con secuelas irreversibles, según reporte de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica.
Aún más cuando durante estos meses (noviembre-diciembre-enero-febrero) las intervenciones estéticas aumentan un 40 % en promedio, según datos de la misma Sociedad.
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El médico Alfonso Riascos, médico cirujano de la Clínica Imbanaco e integrante de la Sociedad, manifestó que incluso, en su caso, las consultas e intervenciones estéticas aumentan durante este periodo hasta un 100 %.
“La temporada de vacaciones hace que gente del extranjero que gana en dólares venga a operarse acá, pues les resulta muy conveniente hacerlo. Pero a veces se dejan engañar por inescrupulosos que les recomiendan procedimientos prohibidos como las inyecciones de biopolímeros o los llevan a clínicas clandestinas donde no hay cuidados ni asepsia”, indicó Riascos.
El especialista reiteró que en Cali se han descubierto consultorios que operan sin ningún tipo de cuidados en locaciones como casas, garajes, clínicas estéticas y hasta spas y peluquerías.
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“Habitualmente en estos sitios lo que utilizan son sustancias que llaman biopolímeros pero que pueden ser grasas, aceites, ceras, acrílicos o siliconas. Este tipo de sustancias no las disuelve el cuerpo y se quedan de por vida en el organismo. Ahí es cuando causan complicaciones como tromboembolismos pulmonares que llevan a las personas a la muerte”, señaló el médico.
Riascos añadió que muchas veces estos llamados biopolímeros migran de la parte del cuerpo donde fueron aplicados hacia otros órganos. “Esto produce el aumento de la masa corporal, obstruye los linfáticos y produce algo parecido a la hinchazón por elefantiasis. También puede producirse una insuficiencia renal por taponamiento de los riñones”.
Y pese a que los casos de personas que pierden la vida en procedimientos insalubres o en clínicas de garaje son cada vez más frecuentes, el bajo costo de estas intervenciones sigue tentando a muchas caleñas o mujeres que vienen del exterior.
“Si usted compra silicona de la que ponen en las ventanas eso le cuesta $50.000. Por ponérsela en los glúteos le cobran entre $700.000 y $1’500.000. Pero imagínese: utilizando su apartamento o en una sala cualquiera. En cambio, una cirugía en una clínica con un especialista cuesta entre $6’000.000 y $9’000.000”, explicó el cirujano.
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Seis recomendaciones a la hora de una cirugía
1. El cirujano: debe ser médico especialista, con un mínimo de cuatro años de especialización y con un título aprobado por el Ministerio de la Protección Social u homologado en caso de ser en el exterior. Además, debe estar avalado por la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica.
2. La clínica: debe contar con todos los recursos locativos y tecnológicos para la realización de los procedimientos o cirugías. Debe contar con una licencia de las secretarías de Salud del Municipio y el Departamento.
3. El precio: no se guíe por la publicidad engañosa que le ofrece resultados y bajos costos. Los insumos para las cirugías son costosos y tienen precios estandarizados en el mercado. Lo barato muchas veces sale caro y este no debe ser un criterio para elegir dónde operarse.
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4. La búsqueda: vaya con diferentes médicos y centros especializados antes de decidir el cirujano y la institución donde se va a operar. El especialista que le haga sentir confianza y seguridad seguramente será la mejor opción.
5. Los resultados: mire pacientes operadas por el médico con antelación. Consulte y pregunte a otras pacientes. Será una buena alternativa para la elección del especialista más conveniente para usted.
6. El anestesiólogo: toda cirugía debe estar acompañada de un anestesiólogo, quien debe realizar una consulta prequirúrgica e indicar una serie de exámenes básicos. No se opere si no tiene respaldo de un anestesiólogo.
*Nombres cambiados.