Tras la intervención del Bronx, en 2016, decenas de habitantes de calle empezaron a mudarse al canal Comuneros de la calle Sexta, que colinda con las localidades de Los Mártires y Puente Aranda.
Los vecinos y comerciantes no dudan en afirmar que el caño se convirtió en “el nuevo Bronx”, pues la inseguridad y el expendio de droga aquejan diariamente al sector.
Para contrarrestar la situación, la Alcaldía Local de Los Mártires instaló a inicios de este año una malla en forma de U, con el fin de mejor la seguridad al restringir la circulación al caño. Sin embargo, la medida fracasó, pues los mismos habitantes de calle se la robaron.
A raíz de esa situación, la comunidad se unió para instalar barreras tipo anticolados, como las de TransMilenio. Se trata de barras que tienen una altura de aproximadamente tres metros y están rellenas de concreto. Esto, para impedir que se rompan o doblen.
Además de las estrategias ya mencionadas, constantemente se realizan operativos en el sector para brindar apoyo a quienes quieren salir de las calles. Aunque las intenciones son buenas, para los vecinos, estas medidas son insuficientes, pues la situación es realmente preocupante.
Comunidad teme que el caño de la Sexta se convierta en el nuevo Bronx
El alcalde local de Los Mártires, Raúl Hernando Esteban, contó en entrevista a PUBLIMETRO cuál es la estrategia para contrarrestar la situación.
¿Cómo son los operativos que se realizan en el canal Comuneros?
Los realizamos de la mano con la Secretaría Distrital de Integración Social, Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia, Secretaría Distrital de Gobierno y Policía Nacional. Lo que hacemos es desbaratar los cambuches, a la vez que se realiza la oferta institucional para lograr que los habitantes de calle accedan voluntariamente a los servicios que presta el Distrito. También se limpia el canal para evitar inundaciones y emergencias.
¿Cuáles son los resultados de dichos operativos?
En lo corrido del año, se han realizado 18 operativos, en los que 37 ciudadanos habitantes de calle han aceptado la oferta institucional de la Secretaría Distrital de Integración Social, asistiendo a los hogares. También se ha logrado la judicialización de 14 personas.
Quienes no son receptivos con la ayuda, muchas veces, son un poco agresivos. En algunas ocasiones han atacado a los funcionarios a piedra o han prendido fogatas para que no podamos pasar.
Además de los operativos, ¿qué otras acciones realizan?
Tenemos presencia permanente de la Policía. Los cuadrantes recorren los dos costados de la Sexta, para evitar enfrentamientos y hechos delictivos.
Los habitantes del sector aledaño al canal realizan constantemente manifestaciones. En una reciente, exigieron a las autoridades que desalojaran el canal, asegurando que se está convirtiendo en el nuevo Bronx , ¿cuál es su apreciación al respecto?
No es el nuevo Bronx, porque el canal no es un centro vedado para las autoridades.
La revuelta que hubo se dio porque se capturó a una persona que estaba expendiendo sustancias psicoactivas. Ese día, algunos vecinos pedían que moviéramos a los habitantes de calle, pero eso no lo podemos hacer, porque no los podemos obligar, sino ofrecerles que lo hagan voluntariamente.
¿Qué pasó con la malla que se instaló a inicios de este año?
En principio dio resultado, porque aquellos que se dedican a delinquir huyen muy fácilmente entrando al canal, y con la reja se disminuyó el índice de hurtos. Sin embargo, duró dos o tres meses porque fue vandalizada.
Los vecinos sacarán de sus propios bolsillos para la instalación de barreras tipo anticolados a lo largo del canal, ¿qué opina?
Es una iniciativa de la ciudadanía, que consiste en unas rejas rellenas de concreto. Es una buena opción porque impediría que quienes delinquen escapen fácilmente, además de que su material evitará que las barreras sean vandalizadas.
Nosotros estamos apoyando desde la institucionalidad, ayudando a facilitar los permisos que requieren para realizar la instalación.
¿Qué mensaje le envía a la comunidad?
Que nos ayuden también, porque en cada operativo encontramos muebles (sofás, camas, sillas) que les regalan a los habitantes de calle; también notamos que hay restaurantes, personas o fundaciones que van a regalarles comida o chocolate; incluso hay quienes les pagan por botarles los escombros, y eso hace que el habitante de calle cree un estado de confort.
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