El supuesto campesino, que se hace llamar Eduardo Escobar, ya ha sido identificado por varias personas a las cuales les ha contado la misma historia con la finalidad de recibir dinero.
La última persona que lo identificó fue Julián Ospina, quien contó la historia al diario El Tiempo. Además, una columnista del diario El Espectador también había contado la misma historia, pero en 2010.
Según relatan, el supuesto campesino afirma que llegó a Bogotá a vender dos chivos o cabritos. Efectivamente dice que los vendió por 2 millones de pesos, sin embargo, recibió billetes falsos y ahora se encuentra sin dinero para regresar a su pueblo, Soatá, en el departamento de Boyacá.
La historia que cuenta el falso campesino continúa con algo más cinematográfico: según él, la policía lo detuvo para preguntarle de dónde había sacado la plata. Él responde que de la venta de los animales, pero los uniformados lo retienen y después le dicen que el «dinero es falso y que es mejor que se vaya a su pueblo».
La historia se hace aún más convincente por la forma como habla el hombre que, al parecer, tiene entre 35 y 40 años. Además, según relatan las víctimas, llora y hace una buena actuación para que le crean.
Según versiones de varias personas, este individuo ha venido haciendo lo mismo durante años en Bogotá y en varias zonas de la ciudad.
