Bogotá

A Mauricio, Brayan y Juanes se los tragó la tierra

Los tres jóvenes fueron vistos por última vez el 22 de febrero. Han pasado un poco más de dos meses y no hay rastro de ellos, sus padres piden a las autoridades que se adelante la investigación correspondiente

Las calles de San Cristóbal norte están empapeladas con las caras de Mauricio, Brayan y Juan Esteban. Sus padres se encargaron de eso inmediatamente supieron de su desaparición hace ya un poco más de dos meses; no se sabe nada de ellos, solo existe un video en el que se ven por última vez en una camioneta Land Cruiser vinotinto propiedad de uno de sus familiares.

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Los tres adolescentes estaban trabajando ese 22 de febrero en un supermercado en el mismo sector. Hacían domicilios. Mauricio llevaba un celular, mientras que Brayan y Juanes lo dejaron en su casa; algunos aseguran que los vieron riéndose, como siempre lo hacían, no había nada sospechoso.

Germán Montaña, padre de Brayan; Henry Castillo, padre de Mauricio; y Hernando Moreno, papá de Juan Esteban, se reúnen todos los días en una tienda en la calle 163A unas cuadras antes de la Séptima, para hablar y concretar que harán hoy para dar con el paradero de los muchachos. Visten camisetas con las caras de sus hijos e incluso tienen pancartas gigantes y, cada uno, más de tres números de teléfono para recibir información.

Lo único claro por ahora es que la Policía aumentó la recompensa a 20 millones de pesos para dar con su paradero y la camioneta fue encontrada casi 15 días después de la desaparición con las placas cambiadas. Sin embargo, para la familia de los jóvenes, que incluso han parado el tráfico pidiendo ayuda de las autoridades y del mismo Gobierno para saber dónde están, no sirvió de nada que hayan encontrado el vehículo. “No se fijaron en nada, ni en el motor, no se fijaron que atrás yo tenía una planta y la levantaron para quitarle todo el sonido, y no le pusieron atención. Ahí habían huellas”, comentó Henry.

La camioneta la hallaron en el sector de Santa Isabel, en el sur de Bogotá, alguien la reportó como vehículo sospechoso y fue así como supieron que era en la que se habían movilizado Mauricio, Brayan y Juanes. Aunque encontrarse con el vehículo en esas condiciones de por sí ya es un hecho confuso, de ahí no se supo nada.

Una de las cámaras del sector registraron cómo empujaron la camioneta desde un semáforo hacía una cuadra del barrio, una persona que iba en un vehículo de estacas se bajó para ayudarles e incluso dos patrulleros le pasaron por el lado. 15 minutos después de ese registro, la camioneta, al parecer, es abandonada y reportada. Los familiares de los tres jóvenes aseguran que las personas que se bajaron ese día de la camioneta para empujarla no son sus hijos. A Mauricio, Brayan y Juanes se los tragó la tierra.

Las cámaras de seguridad

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Germán insiste en que se dejaron perder videos de cámaras de seguridad que eran claves para saber cuál fue el rumbo que tomaron el día que desaparecieron. “A las cámaras de acá no les hicieron vigilancia y no pidieron los videos. No las solicitaron y desde el principio se hicieron las cosas mal hechas. Todo ha sido una negligencia con el caso. Han sido pocos los que nos han ayudado”.

Estos padres de familia se han sentado horas a diario para analizar los videos en donde ven a sus hijos por última vez y de la camioneta en el sur de Bogotá. “Yo creo que se los llevaron por robarle la camioneta y ellos conocen las personas, son de por acá y por eso los tienen”, comenta Henry una de las hipótesis que han sacado de su propia investigación.

Hernando, un poco más callado, decide romper el silencio y decir que “la Fiscalía sabe lo que nosotros les dijimos, lo que hemos averiguado. Han sido negligentes”. Para Germán, las cámaras de un casino cerca al supermercado donde los chicos trabajaban eran claves y aunque fueron a hablar con el propietario solo se las entregaban a la Policía, “un día me llamaron y me dijeron que qué había pasado con esas cámaras y yo les dije que a mí no me daban las grabaciones sino iba acompañado de una autoridad. Dejaron perder todo porque eso se borra al mes más o menos y eso que dejé una memoria USB, pero esa cámara era clave”.

Están desesperados, la zozobra se ve en su mirada por no saber dónde están sus hijos y se preguntan por qué otros si aparecen y los de ellos no. “Este fin de semana apareció una muchacha en Soacha gracias a la mamá, porque fue ella la que movió todo, pero las autoridades se desplegaron y la encontraron. Parece que era trata de blancas. Pero nuestros hijos no aparecen, somos nosotros los que vamos a preguntar allá a la fiscal porque no nos escuchan. Fíjese usted, hasta la semana pasada recibieron el celular de mi hijo para que revisen las conversaciones de WhatsApp para saber si hay alguna pista, pero fue porque yo les rogué o sino, no pasa nada”, comentó Germán.

PUBLIMETRO consultó sobre la investigación que lleva el CTI y aseguraron que se están adelantando las revisiones correspondientes de las pistas que tienen, pero no hay mayor avance. Estas familias piden resultados y esperan a diario la llegada de sus hijos vivos y sanos.


“La Fiscalía sabe lo que nosotros les dijimos, lo que hemos averiguado. Han sido negligentes”, Hernando Moreno, padre de Juan Esteban Moreno.

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