Octubre llegó y con el la sombra del robo de perros en Bogotá. Esta historia de terror para los dueños de los canes no es nueva y más bien es como si todos los días fuera viernes 13, pues se registran casos desde el año 2010.
Acá no hay ladrido que valga y muchas veces no pasa nada porque solo llega hasta un denuncio. Así le ocurrió a Johanna Méndez, quien habló con Publimetro de Niko, un schanauzer que tuvo durante mucho tiempo y que fue robado en Keneddy hace un par de años. “NIko era muy bonito y juicioso. Por cosas del destino mi mamá empezó a llevarlo a competencias de adiestramiento y belleza. Por lo general ganaba o quedaba en segundo lugar, era muy bello y súper obediente”, comentó.
Johanna nunca pensó que nadie se llevaría a Niko, “se lo robaron de una forma que nadie creería porque un día salimos de una competencia y fuimos a la casa de mis abuelos en Kennedy para mostrarles a Niko; el perrito se quedó jugando en el jardín mientras almorzábamos y como la casa tenía reja no le vimos problema. Después empecé a llamarlo y no aparecía por ningún lado hasta que mi papi dijo que algo había pasado. Lo buscamos por todo el barrio y nadie daba razón, hasta que un vecino dijo que un señor había pasado y se lo había llevado”, añadió.
A Niko, de la forma más increíble, se lo llevó alguien a quien su familia distinguía en la zona donde residían. “ Resulta que el tipo que nos dijeron llevó un perrita en celo para que Niko la persiguiera y fue ahí cuando lo agarró. Como ya sabíamos quién era fuimos a reclamarle, pero el señor ese lo que hizo fue decir que su sobrina se había enamorado del perro y que ni modo”, agregó Johanna.
Aunque Johanna y su familia le rogaron al hombre que se los había quitado, y denunciaron el caso, no recibieron respuesta de las autoridades, ni mucho menos de quien se había llevado a Niko. “Fue muy triste, a mí me dio pena moral y todo porque lo quería mucho. Por más que le rogamos no quiso devolvernos el perro y el vecino que vio todo no quiso decirle nada a la Policía por miedo”, añadió Méndez.
Casos como el de Niko y Johanna se repiten a diario. El mes pasado se presentaron cuatro robos de perros en distintas partes de la ciudad y en algunos se usó la agresión. Así le ocurrió a María Giraldo, quien fue sorprendida por los delincuentes en el norte Bogotá en donde le robaron su cachorro a plena luz del día; también se conoció la historia de Andrés Rodríguez, a quien le fueron hurtados por lo menos nueve canes, cada uno con un valor entre los 10 y 15 millones de pesos, según comentó.
Por supuesto, esto sin contar los casos que no se conocen públicamente y los que no se resuelven. Al hablar con la Policía Metropolitana de Bogotá, me dijeron que este tipo de robos hay que denunciarlos porque finalmente son un hurto e integra las cifras generales sobre el tema. Además no hay unas razas que se roben más que otras, no está determinado, pero se cree que las de mayor valor son las que están en la mira. Tampoco le puden decir a la ciudadanía qué raza adoptar o comprar para correr menos riesgo, simplemente pueden dar recomendaciones para evitar ser víctimas de hurto.
“Después de mucho tiempo, después de denunciar y que no se hiciera nada, porque según la Policía no había pruebas, supimos que a Niko le sacaron una cría para vender”, añadió la joven bogotana. Aunque Johanna y su familia pasaron el trago amargo por el pequeño schanauzer, todavía lo recuerdan.
Hasta el 9 de octubre se realizará la cuarta Semana Distrital de Protección y Bienestar Animal. Durante la jornada se realizarán más de 15 de actividades como el lanzamiento del Programa Distrital de Adopciones de animales de compañía, además del Primer Encuentro Distrital de Paseadores Caninos, la primera graduación de voluntariado y capacitaciones a prestadores de servicios y funcionarios públicos. Todo esto con el fin de beneficiar y garantizar el cuidado de las mascotas bogotanas.
De la tragedia al horror
Si los robos de mascotas a veces quedan en papel, los dueños de mascotas que han sido envenenadas están en el limbo. La vida de Carlos Prado y su criollita Malú cambió hace ocho días, “nosotros vivimos en un conjunto que tiene dos parques y a la perrita solo la dejábamos salir en esa zona. Resulta que hace unos días Malú se levantó casi a la medía noche y empezó a convulsionar, y pues de una me fui al veterinario”, agregó.
Luego del chequeó le dijeron a Carlos que no se podía hacer nada y que podría ser epilepsia. Esa misma noche volvió a convulsionar y fue ahí cuando la llevaron nuevamente a la clínica. “Hicimos los exámenes respectivos y en el examen de sangre salió que tenía amonio en un porcentaje muy elevado, y ahí empezamos a hablar de un caso de envenenamiento. Aunque las primeras horas en las que estuvo hospitalizada siguió convulsionando, tuvo un día en el que lo hizo más de 60 veces”, argumentó Prado.
Carlos empezó a indagar quién y por qué habrían querido envenenar a su perra, y se enteró que en uno de los parques del conjunto, ubicado en Puente Aranda, dejaron residuos de comida y desechables luego de una fiesta, además de agua envenenada. “Intentamos revisar cámaras, pero fue imposible. No sabemos quién fue, ni por qué”, añadió Prado.
Para salvarle la vida a Malú, quien quedará con secuelas por el envenenamiento del que fue víctima, recurrió a todo tipo de ayuda. “La verdad fue afortunada porque dimos con buenos veterinarios. Malú es muy importante para mí porque la tengo desde que tenía un mes”, aseguró Carlos.
Aunque en el país existen normas de tenencia responsable de mascotas, contempladas en el Código de Policía, y existe la Ley 1774 de 2016 que protege a los animales asegurando que son “seres sintientes, no son cosas”, muchas veces una denuncia tan solo se queda en eso.
Las autoridades dan recomendaciones generales para evitar un hurto y aunque la percepción ciudadana de seguridad dista mucho de las cifras presentadas por el distrito, pues según la Subsecretaría de Seguridad de enero a agosto de 2016 se presentaron 6534 robos a personas, el robo de mascotas no tiene una cifra individual y muchos menos exacta. Por ahora Malú está en tratamiento y Carlos espera que se recupere lo más rápido posible.
Eso sí, como amo responsable infórmese y conozca los riesgos a los que pueden verse expuestas las mascotas a diario.
PUB/LP