Testigo Semana grabó el momento en el que el hombre aseguró que “les decía que lo que yo les daba era a cambio de cinco minutos de placer, o sea, yo nunca planeé que ellas fallecieran o que yo las tuviera que matar”.
Y contó lo que sucedía cuando llegaban al “cambuche”: “y era obligatorio que se bañaran, que se cambiaran y que escogieran lo que les gustaba, ya sea maquillaje, ya sea bolsos collares o cosas de mujeres y que me complacieran entonces empezaban a gritar y mi intención era callarlas, las dominaba y las callaba asfixiándolas”.
Valencia asegura que son aproximadamente 18 mujeres las que quedaron enterradas. “Era nuevo para mí y luego se fue volviendo una rutina”, aseveró el “Monstruo” en su relato.
Y es que el pasado viernes, el Alto Tribunal determinó que Valencia no puede tipificarse como una persona vulnerable.
Por esta razón la Sala Penal del Tribunal lo condenó a 18 años, dos meses y 22 días de prisión, por su responsabilidad en el cargo de homicidio agravado en persona con incapacidad de defensa.
Con este fallo se revoca la pena impuesta en primera instancia por un Juez de Conocimiento que lo había condenado a la pena de nueve años y medio, la cual fue apelada por los representantes de la Fiscalía y de las víctimas en el Complejo Judicial de Paloquemao.
La Sala Penal de este Tribunal estimó que las mujeres víctimas de Valencia, que fueron asesinadas en su cambuche, en los cerros de Monserrate en la capital del país, son todavía más vulnerables por tratarse de mujeres, y por esta razón le aumentó la condena a 18 años cárcel.