Fabián Enrique Vargas podía enfrentarse a una pena de entre 4 y 8 años de cárcel por lo sucedido el pasado domingo durante las marchas del Día del Trabajo, cuando sacó un arma y disparó contra miembros del Esmad de la Policía.
La Fiscalía lo citará a una audiencia luego de recibir en las últimas horas el informe policial frente al estudio de balística que se le practicó al arma que entregó el joven.
Las autoridades afirman que el arma es de fuselaje y que al ser accionada no provoca ningún daño. Sin embargo, señalaron que Vargas Sí incurrió en un delito.
Luis González, director de Fiscalías y Seguridad Ciudadana, afirmó que los investigadores concluyeron que incurrió en el delito de violencia contra servidor público.
Aunque Vargas fue dejado en libertad este martes luego de entregarse a la Policía Metropolitana de Bogotá voluntariamente, un juez le imputó cargos por violencia contra servidor público.
«La Fiscalía General de la Nación destacó un fiscal para el caso y la Policía Nacional dispuso de unos peritos e investigadores», señaló González.
Vargas se declaró inocente del cargo y la Fiscalía solicitó ante el juzgado que sea cobijado bajo medida de aseguramiento en detención domiciliaria.
Por otro lado, el arma que fue entregada por el joven será analizada milímetro a milímetro y será comparada con fotografías y videos que hay de ese día en la Plaza de Bolívar.
«Peritazgos que se han ordenado tienden a establecer si el arma que se entregó, es el arma que utilizó el día domingo», añadió González.
Asimismo, se verificará el grosor del cañón, los casquillos que quedaron en el lugar de los hechos y la pólvora hallada en el arma entregada.
Además de la imputación de cargos, Vargas se enfrentaría a una serie de restricciones como la prohibición de su participación en marchas públicas y presentación periódica ante autoridades judiciales.
El funcionario agregó que se trató de violencia psicológica, ya que intentó amedrentar a los uniformados, que no sabían que era un arma de fogeo.
De acuerdo con la Policía, el joven, al parecer universitario, se entregó por presión de la Policía Nacional y aseguró que la pistola que utilizó era de mentiras.
Por su parte, el joven habló este martes a los medios y afirmó: «comprendo que la legítima protesta se puede hacer, siempre y cuando no se vulneren los derechos ni se pase a las vías de hecho. Entiendo que el acto que hice fue un acto irregular, que no lo debí hacerlo hice una manera impulsiva, lo hice de momento, de euforia, no fue con el fin de hacerle daño a nadie», dijo el hombre a los medios.
«El arma que aparece en el video, no es un arma real. El arma es de venta libre, no tira ningún proyecto, el arma solo genera detonación», aseveró el joven.
Asimismo dijo que no se encontraba dentro de la marcha, que se encontraba en el centro de Bogotá y que «en el momento del impulso, en el momento de la gresca», entró ahí.
«No soy ningún criminal, no soy ningún asesino, no soy líder, ni hago parte de ninguna banda criminal», dijo luego de ofrecerle disculpas al Esmad, a quienes protestaron pacíficamente y a los ciudadanos.
Y agregó: «yo sé que fue un escándalo, fue una escena muy violenta pero realmente no fue tan grave cómo se vio».
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