Las bombas que los Aliados detonaron durante la Segunda Guerra Mundial fueron tan fuertes que debilitaron temporalmente la ionósfera.
Una nueva investigación muestra que los ataques aéreos no solo convirtieron ciudades enteras en escombros y cenizas, si no que sus ondas expansivas también se sintieron hasta 1.000 km por encima de Reino Unido.
"Quedé absolutamente sorprendido [cuando me enteré]", dice Chris Scott, de la Universidad de Reading, Reino Unido, y autor principal del estudio que llegó a esta conclusión y que se publicó el miércoles en la revista Annales Geophysicae, de la Unión Europea de Geociencias.
Pero, ¿cómo supieron Scott y su equipo que las explosiones tuvieron tal efecto?
Efectos a distancia
Los investigadores de la Universidad de Reading estudiaron los registros diarios del Centro de Investigación de Radio en Slough, Reino Unido.
Observaron que la concentración de electrones en la ionósfera había cambiado durante las mismas fechas en las que tuvieron lugar 152 incursiones aéreas aliadas en Europa, incluidas operaciones en Berlín y en apoyo de los desembarcos de Normandía.