Uzbekistán tiene aspiraciones de convertirse en una segunda Meca, un destino para peregrinos de todo el mundo.
El país más poblado de Asia Central cuenta con una gran cantidad de mezquitas y santuarios bien conservados y en ciudades famosas unidas por carreteras que fueron parte de la ruta de la seda, como Samarcanda y Bujara.
Para millones de uzbekos, estos son lugares sagrados. Pero para el gobierno uzbeko también representan una oportunidad para impulsar el turismo, a medida que el país se abre al mundo después de décadas de gobierno aislacionista y autoritario.
Samarcanda es el hogar de docenas de magníficas tumbas. Figuras notables como el emperador Tamerlán, el astrónomo Ulugh Beg y Kusam Ibn Abbas, el primo del profeta Mahoma, quien trajo el islam a esta tierra en el siglo VII, están todos enterrados aquí.