Una diminuta fractura causó una emergencia a 400 km de altura. Y fue subsanada con un producto que seguramente muchos lectores tienen en su casa.
Los astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional, EEI, estaban dormidos cuando controladores en tierra detectaron este miércoles una fuga de aire, alertados a su vez por sensores que controlan la presión en la plataforma.
Al despertarse, la tripulación recibió su principal instrucción del día: identificar el sitio de la fuga.
La encontraron en la nave Soyuz MS-09, que se encuentra adosada el segmento ruso de la plataforma y fue usada el 8 de junio para transportar hasta la estación a tres astronautas.
"Durante la noche y en la mañana se registró una situación anormal, un descenso en la presión, una fuga de oxígeno en la estación", le explicó luego a la prensa rusa el jefe de la agencia espacial Roscosmos, Dmitry Rogozin.
"Se halló una microfractura, probablemente un daño causado desde el exterior. Los ingenieros creen que es el resultado del impacto de un micrometeorito".