Este año se inaugura en Rotterdam, Holanda, la primera granja flotante del mundo, con la intención de ayudar a la ciudad a producir sus alimentos de forma sostenible. ¿Pero podrán alguna vez estas curiosas granjas producir lo suficiente como para alimentar a las poblaciones urbanas en constante crecimiento?
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Beladon, una empresa inmobiliaria holandesa, está lanzado la primera granja flotante del mundo en un puerto urbano.
Las instalaciones, que fueron construidas frente al puerto Merwehaven en Rotterdam, albergarán unas 40 vacas Meuse-Rhine-Issel que serán ordeñadas robots.
Puede que las áreas urbanas no parezcan a primera vista los lugares más lógicos para una granja, pero reducir la distancia que recorren los alimentos hasta llegar a los consumidores tiene mucho sentido desde el punto de vista medioambiental, ya que reduce la contaminación generada por el transporte.
Y si la población mundial crece hasta alcanzar los 9.800 millones para 2050, como señalan estimaciones, el 70% vivirá en ciudades (hoy día es el 55%).
Por esta razón, las granjas urbanas en espacios interiores, donde los vegetales se cultivan en estantes organizados de forma vertical, iluminados por luces ultravioletas, están aumentando.
Acortar distancias
La granja de Beladon, de tres pisos y anclada en el lecho oceánico, tiene previsto comenzar a funcionar a fines de 2018 y producir 800 litros de leche al día.
A Peter van Wingerden, ingeniero de la empresa, se le ocurrió la idea en 2012 cuando estaba en Nueva York trabajando en un proyecto para construir una casa flotante en el río Hudson.