El Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) es uno de los temas más polémicos que hereda el próximo gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Y para resolverlo el presidente electo convocó a una consulta nacional y decidir entre dos opciones.
La primera, mantener el actual proyecto que se realiza desde 2015 en el lecho de lo que fue el lago de Texcoco.
O suspenderlo y construir en su lugar dos pistas adicionales en la Base Aérea Militar de Santa Lucía, a 40 kilómetros al norte de Ciudad de México.
Esto implicaría conservar la actual terminal aérea que opera dentro de la capital del país.
En ambos casos existen elementos técnicos en favor y en contra, como reconoce el propuesto como secretario de Comunicaciones y Transportes en el próximo gobierno, Javier Jiménez Espriú.
Uno de ellos, por ejemplo, es que cancelar el NAIM costaría 100.000 millones de pesos, US$5.300 millones.
Por eso no es sencillo tomar una decisión, dice López Obrador. “Lo puedo resumir con las palabras de El Quijote: llamo al pueblo de México a que nos ayuden a desfacer entuertos”, dijo en una conferencia de medios.