"El dinero es el origen de todos los males, deshazte de él en este tarro".
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Ese mensaje se puede leer en un frasco en un bar de Buenos Aires. Y medio en broma, medio en serio, lo que busca es que los clientes dejen propina.
Es decir, que sean generosos a la hora de gratificar el servicio más allá del precio a modo de premio para los trabajadores.
Las propinas se dan sobre todo en los sectores gastronómicos, hotelería y algunos transportes, entre otras prestaciones.
Y aunque no es obligatoria en la mayoría de los países de América Latina, dejar propina se extiende en casi toda la región.
Pero detrás de la costumbre existe una curiosidad: el origen de la palabra propina.
Beber
"La palabra propina viene del griego así que no es una palabra española en sí misma y el origen surge de la acción beber que es pino en griego y pro que significa antes", dice a BBC Mundo la filóloga española María Nogueira.
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"De alguna manera está relacionada con un dinero que se deja como muestra de agradecimiento por la bebida que has consumido. Es como una especie de donación", añade.