Cuando me encontré con este acertijo por primera vez, hace unos años, sentí rabia y una especie de decepción personal al conocer la respuesta y ver que no se me había ocurrido.
Con el tiempo supe que, en realidad, la mayoría no logra resolverlo -como el 86% de los estudiantes de psicología que participaron en 2014 en un estudio de la Universidad de Boston (EE.UU.) que usó esta adivinanza, conocida en el ámbito de la sociología:
Un padre y su hijo viajan en coche y tienen un accidente grave. El padre muere y al hijo se lo llevan al hospital porque necesita una compleja operación de emergencia, para la que llaman a una eminencia médica. Pero cuando entra en el quirófano dice: No puedo operarlo, es mi hijo. ¿Cómo se explica esto?
Si ya sabes la solución, probablemente te parezca increíble que alguien dude de la respuesta. (Si no la conoces, sigue leyendo).
Pero ¿cómo puede ser posible que a tanta gente no se le ocurra la respuesta más obvia?
"Parcialidad implícita"
Lo que nos pasa a la mayoría, hombres y mujeres, tiene un nombre científico: es una parcialidad inconsciente o "implícita".
Este sesgo automático explica por qué muchas veces hasta a las personas más feministas no se les ocurre resolver el acertijo diciendo que la eminencia médica es una mujer.