Durante más de 50 años, Lale Sokolov guardó un secreto nacido en los horrores de la Europa de la Segunda Guerra Mundial, en un lugar que fue testigo de algunas de las peores atrocidades cometidas por un ser humano contra otro ser humano.
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No lo reveló hasta después de cumplir los 80 años y a miles de kilómetros de ese continente.
Lale había sido el tatuador de Auschwitz.
Ya en un barrio de Melbourne, en Australia, este eslovaco nacido de padres judíos en 1916 y que antes respondía al nombre de Ludwig "Lale" Eisenberg decidió compartir su historia.
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"Este hombre, el tatuador del campo de concentración más infame, conservó su secreto a salvo con la equivocada creencia de que tenía algo que esconder", explica Heather Morris, quien pasó tres años grabando la historia de Lale antes de que este falleciera en 2006.
Acaba de publicar un libro, "El tatuador de Auschwitz", en el que cuenta cómo este hombre tatuaba números en los brazos de los presos del campo que se libraban de ser enviados a la cámara de gas.