Barranquilla

Expertos estudian “gota a gota” de dónde provienen los arroyos en Barranquilla y sus conclusiones lo sorprenderán

Señalan que la falta de un alcantarillado pluvial en la ciudad y el auge de la construcción no ayudan a minimizar los caudales que se producen en los propios hogares de los barranquilleros.

Expertos estudian “gota a gota” de dónde provienen los arroyos en Barranquilla y sus conclusiones lo sorprenderán

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Señalan que la falta de un alcantarillado pluvial en la ciudad y el auge de la construcción no ayudan a minimizar los caudales que se producen en los propios hogares de los barranquilleros.

El aguacero del sábado pasado que generó docenas de emergencias, destrozos, millones de pesos en pérdidas materiales y el lamentable saldo de un joven desaparecido prendió las alarmas en redes sociales sobre el supuesto aumento y nacimientos de nuevos arroyos en la ciudad.

Desde el 2013 científicos de la Universidad del Norte han estudiado el eterno problema de los arroyos llegando a conclusiones nunca antes revisadas de este fenómeno natural que se toma a la ciudad en cada lluvia.

“Cada gota de agua que cae a un arroyo proviene de nuestros mismos techos, de nuestras casas, de nuestros patios pavimentados. Todos hacemos parte del problema y pocos quieren verlo”, aseguró a PUBLIMETRO Humberto Ávila Rangel Ph.D. profesor Departamento de Ingeniería Civil. Universidad del Norte.

El experto hizo énfasis en que la ciudad, desde hace dos administraciones distritales, está viviendo lo que llamó “un proceso histórico” para la canalización de 7 de los arroyos más peligrosos de la ciudad, que representan un total de 20 kilómetros de afluentes a canalizar, con un promedio de 2 kilómetros por cada cuerpo de agua, que se forma con las lluvias desde su nacimiento hasta su desembocadura.

Las obras de canalización representan un costo de 665.000 millones de pesos y la Secretaría de Obras Públicas informó que los trabajos se encuentran en un 50 por ciento en desarrollo, que esperan ser entregados en diciembre de este año.

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“Es la primera vez que se está enfrentando este reto en una ciudad que creció y que jamás contó con un drenaje pluvial”, resaltó Ávila.

El aguacero del sábado

Según el informe de monitoreo de lluvias que realiza Pluvial.co, con el apoyo de la Universidad del Norte, en varios puntos de Barranquilla, el pasado sábado 5 de mayo, se registraron niveles de precipitaciones por encima de los 80 milímetros, especialmente en los barrios Chiquiquirá, La Victoria, Ciudadela 20 de Julio y el municipio de Soledad.

El reporte de emergencias indica que los sectores más afectados por la lluvia torrencial fueron: carrera 43, carrera 38, carrera 50, zona de influencia de la canalización del arroyo de la carrera 21, los barrios San Luis, San Carlos, Villa San Carlos, Simón Bolívar, La Luz, La Chinita, Rebolo y Ciudadela 20 de Julio, indicó la jefe de la Oficina Distrital de Gestión del Riesgo, Ana Saltarín.

En redes sociales ciudadanos reportaron en la carrera 38, donde antes no se registraban arroyos, que subió la creciente del agua y que en la calle 82 también se formó un arroyo al inicio de la canalización de la calle 84. También se presentaron cambios de cauce en las aguas lluvias en el centro en la carrera 42 con calle 32, en la intersección de la carrera 21 y en la calle 30 con carrera 41. En todos estos sectores se están presentando obras de canalización de arroyos en la actualidad.

“Se construyó una barricada de protección en las obras del arroyo de la carrera 38 con calle 54, lo cual demostró el principio hidráulico en un sistema que contiene energía en dos formas: energía cinética en virtud del peso y de la velocidad y energía potencial en forma de presión, ósea mayor caudal, mayor velocidad, por ello, las casas de enfrente se inundaron y las que  bajan no. No es que estén naciendo nuevos arroyos o que estén creciendo los actuales, simplemente el cauce de las aguas se ha tenido que redireccionar”, explicó el periodista Jorge Mariano, investigador del tema desde hace 20 años.

El ingeniero civil Ávila Rangel, también apoya esta hipótesis. “Las obras de canalización han obligado a los contratistas a crear desvíos en los cauces lo cual se ha traducido en el agua ahora se ve en lugares donde generalmente no desembocaba”.

Por su parte, el secretario de obras públicas del Distrito, Rafael Lafont, declaró esta semana, que la percepción ciudadana sobre los “presuntos” nuevos arroyos “es falsa” y que la medida de los afluentes no superan los “60 centímetros de alto” y las canalizaciones de los arroyos se están construyendo con “túneles de dos metros de alto” para que estos alcantarillados pluviales tengan un uso programado de 100 años.

Lo malo: La falta de señalización y advertencias

Sin embargo, estos desvíos de los cauces, sin lugar a dudas, han tomado por sorpresa a más de un barranquillero, como al ama de casa, Cecilia Ortíz, residente de la carrera 38. “Se me inundó toda la casa el pasado sábado y acá antes nunca se había metido el agua, por la obra que está allá más adelante y yo le pido a la Alcaldía que nos den una solución”, lamentó la mujer.

También el pensionado, Javier Mejía, sufrió las pérdidas materiales y estragos en su vivienda, ubicada cerca de las obras de la carrera 21, en el pasado aguacero. “Perdí bloques, materiales de construcción, cemento y arena que tenía en la terraza de mi casa porque las aguas se llevaron todo y aquí antes nunca se inundaba”, recalcó el hombre de 65 años.

El profesor Ávila opina que estos cambios en los cauces no han sido debidamente socializados con la comunidad. “Hace falta más señalización en las obras, más charlas con la comunidad afectada y planes de alarma y contingencias de los trabajos para que estos cambios no afecten a los vecinos quienes sufrirán por estos cambios”.

Una visión distinta

Gota a gota desde hace seis años científicos de la Universidad del Norte han creado una especie de casas laboratorio para estudiar cómo llega el agua desde cada hogar a crear los arroyos.

“Estuvimos monitoreando en estos días y las casas que tenían este alcantarillado pluvial arrojaron mínimas fugas de agua a los cauces de lo que ellas mismas producían al caer el líquido sobre techos, patios y terrazas que habían sido impermeabilizados”, indicó el profesor Ávila.

Este equipo de investigadores piensa que es necesario implementar en la urbe un sistema de drenaje sostenible, que incluya que cada hogar posea tanques de almacenamiento de aguas lluvias y que el pavimento sea sensible a las filtraciones. Este plan piloto ya está siendo implementado en ciudades como Bogotá y Medellín.

“Una ciudad está hecha con pavimento y eso es algo que no podemos minimizar, pero lo que sí podemos hacer es impermeabilizar, modificar algunos suelos, crear más drenajes y almacenar agua con el fin de regular el flujo que finalmente llega a los arroyos”.

El experto aseguró que para que esta política de cuencas de agua urbana funcione es necesario concientizar al ciudadano que desde su terraza, patio y techo también produce el agua que llega al cauce en cada aguacero. “Todos hacemos parte del problema y de la solución”, advirtió.

Toneladas de basuras en los arroyos

Otra de las alarmas que amenaza las obras de canalización son las toneladas de basuras que arrojan los barranquilleros a los arroyos en cada lluvia. Esta semana se hicieron virales los videos donde se muestra los desechos que fueron arrojados a los cauces del arroyo El Platanal en Malambo y el de la carrera 21, que sumaron más de 150 toneladas de residuos, que fueron contabilizados por la Alcaldía de Soledad y Gestión de Riesgos del Distrito.

“Se debe comenzar a pensar en imponer sanciones y tomar medidas contra los ciudadanos que realicen está práctica porque si las canalizaciones aún no están terminadas se imaginarán cuando estás hayan finalizado y reciban todas esas basuras que seguro las irán a obstruir”, concluyó Ávila.

La frase

“Cada gota de agua que cae a un arroyo proviene de nuestros mismos techos, de nuestras casas, de nuestros patios pavimentados. Todos hacemos parte del problema y pocos quieren verlo”, Humberto Ávila Rangel Ph.D. profesor Departamento de Ingeniería Civil. Universidad del Norte.

La cifra

665 mil millones de pesos está invirtiendo la Alcaldía de Barranquilla en la canalización 7 peligrosos arroyos de la ciudad.

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