Para celebrar sus 20 años la institución desea recuperar cinco importantes piezas artísticas. Mediante este fondo ya han sido preservadas dos obras de Alejandro obregón y una de Fernando Botero.
Una elegante señora con pañuelo y abanico de encaje espera desde hace más cuarenta años que la laboriosa mano del restaurador le devuelva su brillo. Esta imagen hace parte de los primeros trazos del artista Enrique Grau con su obra ‘Señora con abanico’ de 1963. En la actualidad la pieza debido al paso del tiempo y a los rigores del Caribe ha ido perdiendo el azul intenso de su fondo cuarteado y el rostro lozano de la mujer del retrato presenta un aspecto craquelado. “Esta es la obra que enfrenta menos daños y estamos seguros que al restaurarla volverá de nuevo recuperar su estado original”, cuenta María Eugenia Castro, Directora del Museo de Arte Moderno a PUBLIMETRO.
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El museo ha comenzado una campaña que mediante el crowdfunding desea recuperar cinco importantes obras de su colección para que puedan ser exhibidas ya renovadas en la nueva sede de la Institución, que será inaugurada el próximo año junto al Parque Cultural del Caribe. “Este es un patrimonio de la ciudad y queremos todos sean conscientes de que hace parte del Museo y que pueden ayudar restaurar esas piezas”, resaltó Castro.
La gran parte de la completa colección consta de quince pinturas firmadas por los artistas Álvaro Barrios, Marcelo Bonevardi, Fernando Botero, Luis Caballero, Alfredo Da Silva, Manuel Felgueres, Enrique Grau, Alberto Gutiérrez, Ida Kohlmayer, Ángel Loochkartt, Norman Mejía, María Luisa Pacheco, Orlando Rivera y Nirma Zárate y fueron entregadas por el Centro Artístico de Barranquilla en comodato al Museo de Arte Moderno en 2011. “Ese fue el sueño de los artistas en los años 50 cuando se realizó el primer Centro Artístico y se puso la primera piedra detrás de Bellas Artes, que la ciudad pudiera tener su museo y por ello preservar las obras es nuestra prioridad”, señaló su directora.
La mayoría de las obras que proceden del Centro Artístico fueron donadas por los propios artistas luego de haber recibido importantes reconocimientos en las bienales de Arte Latinoamericano en los años 50 y 60.
Durante un largo periodo las piezas no estuvieron almacenadas en las mejores condiciones y hasta el lugar donde fueron guardadas sufrió de una inundación. “Muchas tienen sus marcas de agua de aquel momento y no están en muy buen estado, por eso comenzamos a hacer el crowdfunding en nuestra página web”, indicó Castro.
La iniciativa ya ha dado sus frutos y con ayuda privada han restaurado la emblemática obra ‘Toro Cóndor’ de Obregón de 1960 y además otra pieza de este insigne artista que había llegado con enorme boquete. “Habían roto la tela de la obra supuestamente con un escobazo y también se recuperó”, describió con alarma la fundadora del Museo.
También se recuperó la obra ‘Milagro de la niña devorada por el colibrí’ de Fernando Botero y dos cuadros de Noé León, tipo Bodegón, que dentro de poco ambientarán una de las salas de la institución. “Primero tuvimos a Grau y ahora Noé León vendrá a habitar este espacio por seis meses. Siempre queremos tener una sala permanente para nuestros artistas del Caribe”, agregó Castro.
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Los cuadros de Noé León han sido donados o comprados por algún miembro del grupo de ‘Amigos del Museo’ que desean que la ciudad cuente con obras de este indispensable artista del Caribe.
La restauración
El equipo restaurador está conformado por el experto mexicano Rodolfo Vallín que se encarga las obras en lienzo y del artista barranquillero alumno de la escuela italiana Álvaro Cogollo quien trabaja los materiales de papel.
Recobrar una obra y traerla de nuevo a la vida puede tardar de meses a años dependiendo del daño. Algunas veces la pintura craquelada solo requiere de un poco de agua para que color vuelva tomar su forma pero en otras los procesos son más largos.
Vallín y Cogollo se han encargado de ir apoyando al Museo restaurando una a una las obras, pero en la actualidad hay más de cinco obras en un estado crítico a la espera de que sean devueltas a su esplendor original. “Hay que hacerles limpieza porque han sido más de 50 o 60 años en los que nadie les ha puesto una mano encima y requieren de atención”.
Se estima que para recuperar una obra por completo se requiere de un presupuesto de entre 3 y 4 millones de pesos y por ello el crowdfunding se ha convertido en una opción para que muchos puedan aportar.
La colección del Doctor Glenn
Otra de las historias que guarda la colección del museo es la donación del doctor Edgardo Glenn, que por cosas del destino pudo heredarle a la institución obras de Édgar Negret y Carlos Rojas, entre otros. “El doctor Glenn era un psiquiatra barranquillero muy reconocido que vivía en la ciudad de Nueva York. Tenía una pequeña colección de muy buena calidad que consideraba como una semilla para el Museo de Arte Moderno de Barranquilla”, recordó Castro. Glenn antes de morir dejó las obras en custodia a nombre de una amiga suya en el Museo de Arte Moderno de Bogotá y a través de escritura pública expresó su última voluntad, en la que pedía que si luego de 10 años después de su muerte no había un Museo de Arte Moderno en Barranquilla, las obras serían repartidas entre sus familiares. “Fue algo providencial porque dos meses antes de cumplirse esta cláusula abrimos el Museo y pudimos acceder a esas obras. En la actualidad, en broma, la familia del doctor recuerda que esas obras pudieron haber sido de ellos, pero ahora están bajo nuestro cuidado”, expresa Castro.
Rescate del Mural de Obregón
Otro de los desafíos a los que se ha enfrentado el museo es la recuperación del mural ‘Las cosas del aire’ de Obregón que fue sacado parte por parte del Banco Ganadero de la Calle San Blas y actualmente está guardado como un rompecabezas en el Parque Cultural del Caribe. “Está cortado en 8 pedazos. Cada uno de 4 metros de alto por dos de largo porque es el mural más grande de Alejandro Obregón y que estará en el hall de entrada al museo”, explica Castro.
El mural fue sacado del edificio con ayuda de camas bajas y grúas y el apoyo de los vendedores ambulantes del sector del Centro. “Les explicamos lo que estábamos haciendo y ellos nos dejaban quitar sus locales en las noches para sacar los pedazos del mural y así pudieran seguir sus actividades en el día”.
Ensamble de escultura
El nuevo reto de la directora de esta entidad es armar de nuevo la maqueta de la obra ‘Homenaje a Barranquilla’ de la artista Feliza Bursztyn en los jardines del nuevo museo, obra que fue donada por Pablo Leyva, esposo de la artista. “Pablo pensó que sería un gran homenaje a la ciudad y donó la maqueta. Vamos a tener una escultura de Feliza en el nuevo museo”. A final de año comenzarán a acopiar los materiales de la escultura que será elaborada en tubos sobre un espejo de agua.
Exposición 20 años
El próximo 6 de diciembre el museo se prepara para celebrar con una exposición sus 20 años donde la mayoría de las piezas que fueron recuperadas junto a una las obras principales ‘La señora con abanico’ de Grau ya restaurada sean exhibidas finalmente al público. “Nosotros hasta ahora no hemos comprado nada porque los artistas han sido muy generosos. Con el tiempo queremos conformar un fondo para comprar a los artistas y que ciudad cuente con una importante colección de arte moderno y contemporáneo”, concluyó Castro.
Historia del Museo
Durante la década de los sesentas los Directivos del Centro Artístico de Barranquilla y miembros del grupo de La Cueva organizan las Bienales Interamericanas de Arte con el apoyo de la OEA. De esta iniciativa surge una colección significativa de arte latinoamericano.
En 1974 se da vida jurídica al primer Museo de Arte Moderno de Barranquilla, el cual organizó importantes muestras nacionales, con la colaboración del Museo de Arte Moderno de Bogotá, e internacionales, con el apoyo del Consejo Británico; y la realización del festival de Arte de Vanguardia en 1979.
En 1994 se constituye la Fundación Festival de Arte de Barranquilla, cuya misión era fomentar y divulgar las manifestaciones culturales de la ciudad y del departamento. Al año siguiente, se decide reformar los estatutos de la Fundación, que pasa a ser llamada Fundación Museo de Arte Moderno de Barranquilla.
Ese mismo año fue aceptado en la Asociación Colombiana de Museos, filial del Consejo Internacional de Museos de las Naciones Unidas.
El 6 de diciembre de 1996 inició labores la Fundación Museo de Arte Moderno de Barranquilla en el viejo edificio de la Aduana. Rápidamente, las instalaciones del Museo resultaron ser insuficientes para las actividades y servicios que ofrecía y para albergar su creciente colección, lo que motivó la búsqueda de una nueva sede que culminó con el traslado a la sede actual en el 2004.