La Reina del Carnaval de Barranquilla, Marcela García Caballero, ha narrado en una emotiva carta los duros momentos que ha tenido enfrentar durante su reinado por la serie de críticas y matoneo del que ha sido víctima en redes sociales. » La verdad sea dicha, me levantaba y me dormía con comentarios hirientes, despectivos y, en muchos casos, abusivos. No fue fácil, lo digo con toda sinceridad, pero salí adelante porque tenía Fe, Fe en mí», escribió la soberana.
La semana pasada la reina fue blanco de ataques debido a una serie de videos en los que usuarios de redes sociales criticaban su forma de bailar.»La violencia no necesariamente tiene que ser física, ya que las palabras pueden cortar más profundo y dejar cicatrices mucho más duraderas», narró en la misiva que fue escrita por Marcela García Caballero, quien es Comunicadora Social y desea dedicarse al periodismo escrito.
Con esta carta, publicada la noche de ayer en su perfil de Facebook, la reina le da una respuesta contundente a sus detractores e invita a reflexionar sobre el acoso y matoneo en redes sociales. La carta está siendo compartida por sus seguidores en Barranquilla.
Lea el texto completo de la carta:
«Antes de irme a dormir, de vuelta en mi Barranquilla, y con el corazón hinchado de la alegría por cada mensaje, cada palabra y cada sonrisa que me han regalado en los últimos días, quería hablarles de algo importante, algo que pasa las fronteras de este Carnaval y tiene que ver más con el ser humano. No es secreto para nadie que la semana pasada tuve unos momentos difíciles, pues aquí nadie es de piedra y a todos, sin excepción, nos duelen las cosas. La verdad sea dicha, me levantaba y me dormía con comentarios hirientes, despectivos y, en muchos casos, abusivos. No fue fácil, lo digo con toda sinceridad, pero salí adelante porque tenía Fe, Fe en mí, Fe en que todo iba a salir bien, Fe en lo que quería entregarle a mi ciudad y Fe en Dios, pues Él todo lo puede.
Sin embargo, no todo el mundo es igual. No todo el mundo, en especial los adolescentes que aún no tienen claro cuáles son sus gustos y cuáles son sus fortalezas, son capaces de enfrentarse a un mundo cibernético que mide a las personas por una foto, un video, un filtro, una ‘selfie’. La violencia no necesariamente tiene que ser física, ya que las palabras pueden cortar más profundo y dejar cicatrices mucho más duraderas. Estar detrás de una pantalla no hace a nadie invencible, ni para el que arroja las piedras, ni para el que las recibe y, por esto, debemos ser más responsables con lo que decimos. Está bien recibir y hacer críticas, con tal de que sean constructivas. Está bien tener una opinión, sin que por eso se convierta en un insulto. Está bien hacer comparaciones, sin que por ello se generen inseguridades.
Invito, simplemente, a que reflexionemos y comencemos a mirar al otro, así esté ‘blindado’ con el anonimato de un perfil, como una persona que siente, que sufre y que es de carne y hueso, como lo somos todos. Por esto, propongo, pues sé que por algún lugar tenemos que comenzar, que por cada comentario hiriente que recibamos, devolvamos uno positivo. Por cada ‘eres horrible’, devolvamos un ‘me pareces lindo’; por cada burla, devolvamos una sonrisa y por cada insulto, devolvamos un halago. Demostremos, de una vez por todas, porqué es que dicen que venimos del lugar dónde la alegría se come, dónde la magia es real, dónde las carcajadas abundan y dónde se vive el Carnaval más hermoso del planeta».
Por: Marcela García Caballero.
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