El pasado 1 de marzo de 2025, durante el partido entre América de Cali y Deportivo Pereira en el estadio Pascual Guerrero, surgieron denuncias en redes sociales sobre la presunta prohibición de ingreso a aficionados con tatuajes alusivos al equipo escarlata. Entre las quejas de los aficionados, es que los uniformados en las requisas estaban incluso alzando las camisas de las personas sin autorización alguna.
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Esto generó altas críticas por parte de los hinchas y ante estas acusaciones, la Alcaldía de Cali aclaró que no existe ninguna medida que prohíba el ingreso al estadio a personas con tatuajes relacionados con el América de Cali. Según Carlos Germán Oviedo, comandante de la Policía Metropolitana, durante el partido mencionado, se impidió la entrada a 23 personas que aparecían en un listado de hinchas sancionados, proporcionado por el club. Esta acción forma parte de un esfuerzo conjunto por depurar las tribunas y permitir que los verdaderos aficionados disfruten del fútbol en paz.
Las medidas de seguridad implementadas en el Pascual Guerrero se intensificaron tras los disturbios ocurridos en la final de la Copa BetPlay en diciembre de 2024, cuando hinchas del América invadieron el campo y se enfrentaron con la Policía, lo que resultó en la suspensión del partido. Como consecuencia, la Comisión de Fútbol Local impuso sanciones que incluyen el cierre de la tribuna sur durante todo 2025, la prohibición de ingreso de trapos y elementos de animación en todas las tribunas, y la restricción de acceso a cerca de 7.000 hinchas que adquirieron boletas para la tribuna sur en el partido de diciembre.
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Además, se implementó un sistema de registro biométrico en colaboración con la Registraduría Nacional, con el objetivo de verificar la identidad de cada asistente al estadio. Este proceso busca impedir el acceso de individuos con antecedentes penales o comportamientos violentos en eventos anteriores. La venta de boletos se realizó de manera individual, permitiendo la adquisición de una sola entrada por persona, y se ha asignó silletería numerada en todas las localidades del estadio para facilitar el control y la organización dentro del recinto, pero esta última medida no se respetó y los hinchas se ubicaron donde se sentían cómodos, afortunadamente esto no generó ningún tipo de percances en el encuentro deportivo.
Álvaro Pretel, subsecretario de seguridad de Cali, explicó que las restricciones no se aplicaron por los tatuajes en sí, sino porque las personas afectadas fueron identificadas como miembros de barras bravas por parte de la Policía. El equipo de barras de la Policía, que conoce a los barristas desde hace varios años, estuvo en los filtros de ingreso y regresó aproximadamente a 26 personas. Pretel enfatizó que no se trata de un estigma hacia los tatuajes, sino del conocimiento que tiene la Policía sobre quienes eran de la barra y pretendían ingresar al estadio, a pesar de la sanción impuesta.
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La Administración Municipal reiteró su compromiso de trabajar con el América de Cali, las autoridades y la comunidad futbolera para que el estadio Pascual Guerrero se convierta en un referente de seguridad a nivel nacional. Se invita a los hinchas a sumarse a este esfuerzo y a demostrar que el fútbol caleño se vive con pasión, pero siempre en paz.
