En medio de gritos y cánticos, decenas de activistas ambientales alzaron su voz en la Zona Azul de la COP16 para rechazar la desprotección que enfrentan los líderes ambientales. En la plaza principal del evento, los manifestantes expresaron su descontento frente a los negociadores, señalando que, a pesar de las discusiones, no se han logrado acuerdos concretos para detener estos asesinatos. Muchos de estos líderes en sus territorios se sienten amenazados y sin protección suficiente.
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“Estamos realizando una protesta pacífica en el espacio de la ONU por lo que está ocurriendo con la selva y contra los ataques hacia los protectores de los bosques y la biodiversidad. No estamos dentro de las negociaciones, pero queremos que la comunidad de pueblos indígenas sepa que estamos presentes para que nuestra voz sea escuchada”, afirmó a PUBLIMETRO Isaac Cao, activista procedente del Amazonas en Brasil.
De manera simbólica, los activistas rindieron homenaje a los líderes ambientales asesinados en distintas partes del mundo exhibiendo sus fotografías en señal de duelo. Los datos son alarmantes: mientras que en 2016 se reportaron 14 asesinatos, en 2023 la cifra ascendió a 44 asesinatos, convirtiéndose en el año más letal para los defensores del medioambiente.
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La celebración de la COP16 en Colombia representa una “oportunidad para mejorar la protección de los defensores ambientales”, afirmó Juliette De Rivero, representante en el país del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos. Esta declaración surge luego de que un reciente informe de Naciones Unidas revelara que desde 2016 han sido asesinados 248 líderes ambientales colombianos.
“Estamos realizando una protesta pacífica en el espacio de la ONU por lo que está ocurriendo con la selva contra los protectores de los bosques y de la biodiversidad, no estamos dentro de las negociaciones, pero queremos que la comunidad de los pueblos indígenas conozca que estamos presentes para que nuestra voz sea escuchada”, dijo el activista Isaac Cao, proveniente del Amazonas en Brasil.
“Nos preocupa mucho que 248 defensoras y defensores ambientales hayan sido asesinados desde 2016 hasta septiembre de este año, y es alarmante que los actores armados, en particular, ejerzan tanta violencia contra quienes están tratando de proteger sus territorios, ecosistemas, biodiversidad y recursos naturales”, explicó De Rivero en una entrevista a EFE, pocos días antes del inicio de la cumbre.
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En Colombia, destacó, “existe una falta de protección en estos lugares”. Según De Rivero, el Estado colombiano debe mejorar la coordinación para proteger a los defensores ambientales, especialmente a los de las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas, quienes representan el 89 % de los asesinatos documentados por la ONU. La inseguridad en los territorios, con actores armados interesados en los recursos naturales de estas regiones, coloca a los liderazgos ambientales en una posición de alto riesgo.
El informe de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas indica un aumento sostenido en los homicidios de personas defensoras del medioambiente. En 2016 se registraron 14 asesinatos, mientras que en 2023, esta cifra aumentó a 44, siendo el año más letal. La región del Pacífico colombiano es la más peligrosa, con 138 líderes asesinados, y coincidentemente es la región que acogerá la COP16, una oportunidad para visibilizar “la labor crucial de las defensoras y defensores del medioambiente en esta zona y el respaldo que necesitan, ya que muchos enfrentan estigmatización y viven en condiciones de alta vulnerabilidad”, puntualizó De Rivero.
Compromiso del Gobierno Colombiano por la defensa de los líderes ambientales
En este contexto, De Rivero resaltó que el actual Gobierno colombiano tiene “un fuerte compromiso con los derechos humanos y la protección del medioambiente”, ejemplificado en la aprobación del Acuerdo de Escazú. Sin embargo, lamentó que estas políticas aún no se traduzcan en cambios significativos en los territorios y reiteró su llamado al Estado a “articularse para brindar mayor seguridad”.
Uno de los ejes que impulsa el Gobierno anfitrión en la conferencia de biodiversidad es la participación de pueblos indígenas y sociedad civil, bajo el concepto de una “COP de la gente”. De Rivero considera que esta COP será pionera en centrar la discusión en la protección de los derechos humanos y los ambientalistas. Además, resaltó que es un momento clave para “visibilizar esas luchas que necesitan el respaldo de la comunidad internacional”.
“Colombia debe proteger su biodiversidad, una riqueza geoestratégica única. La nación cuenta con organizaciones sociales y valientes defensores de los derechos humanos, una fortaleza que contribuye a construir un país y un planeta más seguro, en paz y con respeto hacia el medioambiente”, subrayó la funcionaria.
De Rivero finalizó enfatizando que las cifras de asesinatos son una “señal de alarma para Colombia”. A su juicio, la realización de la COP16 en el país es una oportunidad única para abordar esta crisis y fortalecer la protección de los defensores ambientales.