En el corazón de Cali, un espacio icónico ha capturado la atención de todos los que transitan por el concurrido cruce que une el CAM con la Plazoleta Jairo Varela. Se trata de la maloca de los pueblos amazónicos, una estructura tradicional que representa las costumbres y saberes ancestrales de las comunidades indígenas de la Amazonía. Situada en un extremo de lo que será el Distrito Guardianes de la Biodiversidad, la maloca es ahora un símbolo visible de las iniciativas que busca destacar la COP16, un evento clave para la discusión sobre la preservación del medio ambiente y la biodiversidad.
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La maloca se encuentra en un área compartida por la Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (OPIAC) y la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC). Estas organizaciones, fundamentales para la protección de los territorios indígenas, trabajan para asegurar que las voces de las comunidades nativas sean escuchadas en esta importante cumbre internacional. Según Pacha Kanchay, coordinador del consejo de sabios y sabias de la ONIC, la maloca tiene un rol fundamental para las comunidades: es el lugar desde el cual se transmiten los principios de paz y respeto por la naturaleza. “Es desde ahí donde nuestros abuelos orientan el pensamiento generación tras generación”, explicó Kanchay, destacando la importancia cultural y espiritual de estas edificaciones.
El diseño de la maloca, aunque sencillo, ha cautivado a los residentes y visitantes de Cali. Rodeada de la vegetación del Parque Central Río Cali, su estructura de hierro y palma seca se integra perfectamente en el paisaje, contrastando con el entorno urbano de cemento que domina el área. Este contraste ha convertido a la maloca en un atractivo tanto para los habitantes locales como para los turistas que la rodean, la fotografían y, con curiosidad, preguntan sobre su significado. Para muchos, se ha convertido en una parada obligatoria dentro del recorrido que ofrece este espacio de la COP16.
La COP16, que se celebra este año en Cali, es una oportunidad crucial para que los pueblos indígenas de la Amazonía compartan sus experiencias y preocupaciones sobre la conservación de sus territorios. Según datos de WWF, las comunidades indígenas han jugado un papel esencial en la protección del 80% de la biodiversidad del planeta, y más de la mitad de los bosques amazónicos en Colombia están habitados por estas comunidades. Conscientes de este rol, el Gobierno Nacional ha otorgado autoridad y competencias ambientales a los pueblos indígenas a través del Decreto Ley 1.275, que les permite ejercer control sobre la gestión de sus territorios.
Durante la COP16, la maloca amazónica será un espacio de diálogo y aprendizaje. Ernesto Che Mercados Jones, representante de la OPIAC, explica que los pueblos indígenas amazónicos son los guardianes de los bosques, los ríos y la biodiversidad de la región. Su presencia en la cumbre es fundamental para reafirmar su papel en la protección del medio ambiente y para recordar que sin ellos, la Amazonía no existiría. Los visitantes que se acerquen a la maloca podrán conocer de primera mano las costumbres y tradiciones de las comunidades indígenas, así como las amenazas que enfrentan sus territorios y las iniciativas que han desarrollado para combatir el cambio climático.
Uno de los eventos más esperados en este espacio es el mambeadero, que se celebrará el próximo 26 de octubre. Se trata de un conversatorio tradicional en el que los abuelos indígenas de la Amazonía, junto con representantes de otros pueblos del mundo, compartirán sus conocimientos y establecerán un espacio de “conexión con la Madre Tierra”. El objetivo de este encuentro es demostrar que es posible vivir en armonía con el planeta y promover un diálogo que fomente el respeto por la naturaleza y la biodiversidad.
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La maloca, con su estructura sencilla pero significativa, es mucho más que una edificación para los pueblos amazónicos. Para ellos, es un espacio de encuentro, un lugar donde se toman decisiones importantes y donde se conecta lo espiritual con lo terrenal. Laura Rico, directora de campañas de la ONG Avaaz, resaltó que la maloca es el símbolo más claro del gobierno indígena amazónico en Colombia. Su presencia en la COP16 es una forma de decir “vamos a participar en esta cumbre, en este espacio, y somos autoridad, somos gobierno”.
El papel de los pueblos indígenas en la COP16 no se limita únicamente a la participación simbólica. Según Rico, el Gobierno Nacional, en colaboración con la ministra Susana Muhammad, ha trabajado arduamente para coordinar los espacios de estas organizaciones dentro de la conferencia. Este proceso de socialización ha permitido que diversos sectores de la sociedad civil, incluidos los pueblos indígenas, tengan un rol activo en las discusiones sobre la conservación del medio ambiente y la biodiversidad.
Además de ser un espacio de representación cultural, la maloca amazónica es también un ejemplo de construcción sostenible. Utilizando materiales ecoamigables, esta edificación busca integrar la naturaleza y la tradición en el marco de la COP16, simbolizando el conocimiento indígena amazónico y sus prácticas. Para los indígenas amazónicos, la maloca no solo es una casa o un templo, sino un lugar sagrado donde se imparte justicia, se orienta culturalmente y se promueve la paz con la naturaleza.
A lo largo de la conferencia, la maloca de los pueblos amazónicos se convertirá en un punto clave para el diálogo entre culturas y la construcción de un futuro sostenible. Los asistentes podrán aprender sobre las prácticas ancestrales de las comunidades amazónicas y cómo estas pueden ofrecer soluciones a los problemas ambientales actuales. A medida que la COP16 avanza, la maloca se erige como un símbolo del compromiso de los pueblos indígenas para proteger la biodiversidad y la riqueza natural de la Amazonía, y su mensaje resuena como un llamado a la acción para todos aquellos comprometidos con el cuidado del planeta.
La cifra: ONIC reúne a 9.000 autoridades de los 115 pueblos indígenas colombianos en 5 macroregiones.