A pocos meses de salir de su posición como primer mandatario de la ciudad, el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, al parecer sigue estando involucrado en líos.
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En los últimos días, la Contraloría anunció que abrió seis procesos de responsabilidad fiscal por alrededor de 52.072 millones de pesos a la Alcaldía de Cali.
De acuerdo con la Unidad de Investigaciones Especiales Contra la Corrupción de la Contraloría, la apertura de los procesos es con la finalidad de verificar la afectación al patrimonio estatal con la suscripción y ejecución de los contratos y convenios definidos por la Administración Distrital en Cali.
Entre las presuntas irregularidades se encontraron diez contratos cuyas finalidades serían realizar adecuaciones a diferentes escenarios deportivos como el Estadio Pascual Guerrero, el mantenimiento de las redes de alcantarillado, la malla vial, el centro de bienestar animal y otros proyectos.
Uno de los primeros contratos que tiene como finalidad adecuaciones a escenarios deportivos de la capital del Valle del Cauca está por la suma de 260′245.219,00 pesos pero, que de acuerdo con la Contraloría, “no cumplen a la fecha con la funcionalidad para la cual fueron diseñadas ni con las condiciones técnicas exigidas para satisfacer la necesidad del contrato, aunado al pago de ítems que no se encuentran ejecutados en campo y deficiencias en la ejecución de la interventoría técnica, administrativa y financiera del proyecto”.
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El contrato para las adecuaciones del estadio Pascual Guerrero estaría por la sima de 238′671.464,45 pesos al consorcio EPG 2020, se encontraron “ítems que se encontraban por encima del valor del mercado, en tanto su precio de adquisición fue significativamente inferior al valor ofertado en la propuesta económica, que llevó a que obtuviera una utilidad excesiva”.
Otro de los contratos se designó para la construcción del Centro de Promoción del Bienestar Animal de Cali, del cual ya se realizó apertura y presenta deterioros, deficiencias técnicas y falta de dotación para su funcionamiento, por lo que n cumple el objetivo para el que fue diseñado.
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Entre otras irregularidades está el “hueco” de un dinero que debía reintegrar a la Alcaldía por parte de Emcali y las deficiencias en las obras que pretendían mejorar la malla vial.
