Una nueva fase en el proceso de recuperación del espacio público en Bogotá se puso en marcha con una intervención masiva sobre el corredor de la carrera Séptima. En esta zona, donde la presencia de vendedores informales ha sido constante, el Instituto para la Economía Social (IPES) lideró una jornada que combinó diálogo, control y pedagogía.
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Desde la Plaza de Bolívar hasta la calle 26, más de 150 gestores del IPES recorrieron el centro histórico con el propósito de socializar el “decálogo de la convivencia”, una guía para promover el uso responsable de las calles. Este operativo, que contó con el acompañamiento de la Policía Metropolitana y las alcaldías locales de La Candelaria y Santa Fe, se ejecutó sin alteraciones del orden público, ya que el enfoque central fue la concertación.
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La intervención no se limitó al control, sino que también ofreció alternativas concretas a los vendedores. Más de 1.200 personas dedicadas al comercio informal recibieron información sobre programas de emprendimiento, oportunidades laborales y posibilidades de reubicación en espacios autorizados por el Distrito.
El director del IPES, Wilfredo Grajales, destacó el objetivo social de estas acciones:“Es posible que trabajemos de manera constante y permanente para que los vendedores informales no sean un problema para el espacio público, sino que sean lo que ellos son, personas y ciudadanos que están tratando de desarrollar una actividad que les permita subsistir, a ellos y a sus familias, pero de manera organizada, de manera que su presencia sea muy responsable con la ciudad”, expresó.
La llamada “megatoma” no se trata de un operativo aislado. Forma parte de un plan más amplio impulsado por la administración distrital para ordenar la ciudad, especialmente en zonas de alta concentración peatonal y comercial. Estas acciones buscan equilibrar el derecho al trabajo con la necesidad de conservar espacios públicos limpios, seguros y accesibles para toda la ciudadanía.
Aunque para muchos comerciantes informales este proceso puede representar incertidumbre, también ofrece una oportunidad para transitar hacia la formalización y acceder a beneficios institucionales que les permitan crecer de manera sostenible.