La ola de violencia que se ha desatado en el barrio San Bernardo, en el centro de Bogotá, tiene como protagonistas a dos organizaciones criminales: ‘Los Venecos’ y ‘Los Costeños’. Las autoridades señalan a estas bandas como multicrimen, ya que no solo se dedican al tráfico de estupefacientes, sino que también cometen otros delitos como extorsiones y robos.
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Al parecer, la banda de ‘Los Costeños’ era la que dominaba en San Bernardo. Su nombre ha sido mencionado en varios documentos e informes sobre la criminalidad en Bogotá.
De hecho, la Defensoría del Pueblo los citó en una alerta temprana publicada a comienzos del año pasado sobre la situación del crimen en la ciudad. En el informe se señala que ‘Los Costeños’ tendrían vínculos con el Clan del Golfo, ahora conocido como Ejército Gaitanista de Colombia, el grupo armado que más se ha fortalecido en el país en los últimos años.
Además, ‘Los Costeños’ fueron mencionados en un informe de la Línea de Convivencia y Seguridad Ciudadana de la Fundación Paz y Reconciliación. El documento señala que, aparte de su presencia en el barrio San Bernardo, también tienen influencia en varios sectores de la localidad de Santa Fe.
Supuesto miembro de ‘Los Venecos’ ya fue capturado
Asimismo, se aclara que no tienen relación con un grupo homónimo que tiene gran influencia en Barranquilla. En cuanto a ‘Los Venecos’, no hay muchos registros sobre su origen ni sobre el alcance de su operación.
Sin embargo, las autoridades han insistido en que están en medio de una guerra con ‘Los Costeños’ por el control territorial en San Bernardo. De hecho, el sujeto que fue capturado hace dos semanas por detonar una granada que mató a un perro y dejó heridas a dos personas en febrero de este año también es señalado de ser integrante de ‘Los Venecos’.
Este fue el primero de tres ataques con artefactos explosivos en el barrio San Bernardo. El último de ellos se presentó esta misma semana y evidenció las dificultades que enfrentan las autoridades para atacar a las bandas criminales que operan en el sector.
